tag:blogger.com,1999:blog-70816441715129387992024-03-13T16:48:45.412+01:00DAMYBLOGSer pensante cotidiano de la actualidad de a pie.Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.comBlogger56125tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-53872525714212397842015-11-21T23:28:00.001+01:002015-11-21T23:28:58.185+01:00MARATON DE VALENCIA. DEBUT MINIMALISTA.<div> </div><div>LA PERFECCION EN EL RITMO SIN LIEBRE. POR FIN LE ENCUENTRO EL TRUCO A LA MARATON.</div><div><br></div><div>Valencia 15 de Noviembre de 2015.</div><div><br></div><div>Seis de la mañana. La alarma del Iphone 6 plus S se activa. Vestimenta; pantalón negro y chaqueta naranja del chandal con sandalias de romano. Ya duermo con los pantalones cortos, la camiseta corta de paseo clotera y las medias compresivas con el antepie cortado cutre a tijera. </div><div>El desayuno es la tostada con miel, el plátano, una barrita de almendra y un Isostar energético. Café con azucar moreno y una botellita de agua e isotónico para llevarme en la mochila. </div><div>El último preparado lo tomo arriesgando contra todos los manuales de running, lo encontré en los aseos de la media maratón de Valencia sin estrenar.</div><div>Voy a lucir minimal sandal de 10 mm en los pies con cordones rojos. <div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-gzVyHNrOMCM/VlDwKJQ9qgI/AAAAAAAALMg/HSexu_FIKiw/s640/blogger-image--1929429691.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-gzVyHNrOMCM/VlDwKJQ9qgI/AAAAAAAALMg/HSexu_FIKiw/s640/blogger-image--1929429691.jpg"></a></div></div><div>La sentada en Roca y a soltar lastre. </div><div>A las siete menos cuarto ya estoy con el Pathfinder detrás del IES Llombai para hacernos la foto de grupo Amics del Clot y partir con el autobús de Vives hacia la capital del reino de Valencia.</div><div>Nervios e ilusión. Quizás menos. No voy a intentar el récord del club ni plusmarca personal. Solamente las sandalias me dan ese aliciente de incógnita en el desenlace final. </div><div>Me pongo en el asiento delantero izquierdo del bus, detrás del chofer y la pantalla protectora que no me deja estirar las piernas, el Presi a mi lado. El viaje se hace ameno y no me pongo nervioso hasta que dentro de la capital el chofer intenta buscar aparcamiento cerca de la salida, por la ciudad de las artes y la ciencia.</div><div>La misma organización ya ha empezado a mostrar cortes y desvios por doquier en las calles de Valencia.</div><div>Una vez estacionados en la Avenida de Antonio Ferrandis, nos da tiempo ha evacuar vejiga en una huerta colindante a la acera. Ya vestido de batalla salimos trotando al asfalto para buscar el cajón de salida. La pinta es imponente y gratamente característica. Mis sandalias de cordón rojo y los calcetines largos de dedos cortados para enseñarlos al viento. El turbante de cuadros rosa y negro troceado en tres partes, envolviendo la gorra blanca, de collar y de muñequera envolviendo al GPS en la zurda; en la diestra, el reloj rojo que marca la hora. Pantalón negro corto volador y camiseta de tirantes del club. El dorsal de fondo amarillo con el nombre de guerra estampado en negro: Damol. Vamos el León y un servidor. Nos perderemos la liturgia clotera de las fotos y la fiesta. Nosotros vamos a otra historia. Nuestra gloria solo puede emanar del asfalto a ritmo de más de quince kilómetros por hora. Un ritmo que te puede llevar hasta el muro o catapultarte al cielo del ego y la gloria personal.</div><div><div class="separator" style="clear: both;"><br></div><br></div><div>Dentro de la jaula entramos como perros domésticos, cerca de los dueños del cotarro. La rabia está contenida y disimulada en pequeños trotes de preso en la trena. Damos vueltas sin parar entre rejas y enmedio de las cámaras de televisión. Teledeporte va a retransmitir íntegramente la prueba. El espacio aun es abundante pero poco a poco se va colapsando de gente con demasiadas ganas de correr. No puedes ser agorafóbico o date por muerto. La multitud debe alimentarte, no matarte. </div><div>Hasta que faltan veinte minutos no nos ponemos en fila. La eternidad de la espera es lenta. Minuto a minuto. Lo más terrible de la ceremonia de la Maratón. Me lo cargaría de un plumazo.</div><div>Los animadores del micrófono no parecen conectar con la peña agolpada detrás del arco de salida: </div><div>-Hay alguien a ese lado? y el holaaaaa ! holaaa!</div><div>Recaredo Agulló ya ha dicho lo suyo sin gracia ni sustancia a pesar de su ciencia y de su historia. </div><div>Minuto de silencio en recuerdo a las víctimas del atentado en Paris del 13- N. El miedo de la posibilidad de réplica habita en nuestros interiores sin colarse en el alma.</div><div>Los helicopteros sobrevuelan el cauce. La imponente cúpula arquitectónica de la ciudad de las Artes y de las Ciencias a mi izquierda consigue sacarme y elevarme sobre la muchedumbre como un dron, a la espera del disparo de salida.</div><div>Apenas se oye el tiro. El León no soporta la presión de salir a mi lado y ha avanzado unas filas para irse con la pólvora, huyendo rápido hacia el hombre del mazo. Salva el apagafuegos y yo, templamos los nervios y aguantamos los caballos. Podría salir con él, no es Albert Ortí. Decido no acompañarle. Su intención es marcar 3.50” por kilómetro y eso me va a llevar hacia el martillo de forma más que probable. El está mucho más fuerte y más entrenado que yo. </div><div>Decido quedarme a mi ritmo y le daré caza únicamente si pincha o se equivoca, sino… bendito sea Dios. </div><div>Kilómetro uno después de atravesar el fotogénico puente de Monteolivete por la diestra y ocupando toda la calzada, mientras los del 10k salen por la izquierda de la mediana. Cuatro cero cinco. Casi diez segundos lento. Al dos mil le recorto más de cinco segundos. No es hasta el cuarto kilómetro cuando ya la media es por debajo de cuatro minutos por kilómetro. Ya he marcado un tres cuarenta y ocho. Las fuerzas están intactas. </div><div>En la avenida dels Tarongers me doy cuenta del nivel tan elevado que tiene la prueba ; en la recta de enfrente la cantidad de gente que me lleva la delantera es abrumadora. El baño de humildad es más que razonable, bestial.</div><div>En el diez me apercibo de que el ritmo es el bueno. Treinta y nueve minutos. El marido de Laura me anima con ganas.</div><div>Una atleta hermosa y fornida de larga y lacia cabellera castaña y zancada potente me lleva al ritmo adecuado. Procuro no dejarla escapar, al menos no sin controlar sus cuartos traseros. </div><div>Estamos en Blasco Ibañez. La historia personal en la ciudad por esta avenida no me pesa. Voy concentrado y alegre a ritmo marcial. Nada ni nadie me quita la concentración. Soy una máquina que devora kilómetros sin tregua ni fin. </div><div>Terminator es mi cuerpo, mi mente no para de engañar al cuerpo en los descuentos. Ya solo quedan menos de treinta kilómetros. Menos de cualquier rodaje largo dominical. </div><div>Como explicaba Josef Ajram el cerebro no puede entender las distancias largas, hay que dárselas troceadas para que las metabolice sin empachos.</div><div>El quince después de una ronda nueva para mi conocimiento me anima mucho al mantener el ritmo alegre. Enguyo el primer gel del cinturón. No he dejado de hidratarme cada cinco kilómetros.<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/--4jC8DQJnX4/VlDwHj0wn0I/AAAAAAAALMQ/hLk5bt5Q6Co/s640/blogger-image--1700538130.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/--4jC8DQJnX4/VlDwHj0wn0I/AAAAAAAALMQ/hLk5bt5Q6Co/s640/blogger-image--1700538130.jpg"></a></div> A la buena fémina la mantengo en paralelo. Volmemos a la Alameda. El griterio es atronador para torcer a la izquierda y enfilar la avenida de Aragón rumbo a blasco Ibañez en dirección este. El diecinueve casi ha doblado al diez. El ritmo es matemático, monótono, igual que la concentración; un exámen final.</div><div>La media maratón la piso en una hora veintidós y cuarenta y siete segundos. Solamente diecisiete segundos más lento que en Sevilla. El cangelo me atenaza los músculos. Estoy rodando a ritmo de mi mejor crono con sandalias.<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-mo_nWmupQKI/VlDwI83l0jI/AAAAAAAALMY/zdqKNGd5Kjw/s640/blogger-image-1821601268.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-mo_nWmupQKI/VlDwI83l0jI/AAAAAAAALMY/zdqKNGd5Kjw/s640/blogger-image-1821601268.jpg"></a></div></div><div> Debo tranquilizarme. Dejo escapar a la potente fémina. Por la pancarta del 26 el diario Marca señala el trayecto hacia la verdadera maratón. Diviso al final de la Alameda al León. Inconfundible con su correr elegante, pero envenenado de lactato.</div><div>Antes del veintisiete, poco antes de girar hacia la rampa del Puente Real:</div><div>-David, va que queden menys de 3 km perque comence la Marató de veritat.</div><div>Descenso del puente hacia Tetuan, diestra y la calle la Paz con el campanario de Santa Catalina al fondo tan majestuoso como siempre. Esta vez no me pilla tocado como hace tres semanas en el paso de la media.</div><div>San Vicente mártir es colega mío pero en malo, yo voy mejor; Plaza del Ayuntamiento, diestra y Guillem de Castro hacia el Treinta. La rampa de la Avenida de Burjasot se me hace imperceptible. Ahora si que ha empezado de verdad la carrera. El calentamiento ha finalizado.</div><div>Kilómetro treinta y tres , el hombre del mazo se huele. Merodea tal vez por el treinta y cinco. Me mantengo por debajo de cuatro. Cuando se descuide ya he puesto pies en polvorosa de su influjo maligno. General avilés. Avenida Tres Cruces, ida y vuelta, el Hospital Infernal se adivina cerca.</div><div>Después la Gran vía de ida y vuelta. Es más del treinta y siete. Camino hacia la plaza de Toros y Calle Colón. Belen y el profesor Miranda me animan con energía. Les dedico un sonrisa sin perder la compostura. Camino hacia la avenida del Rio. El treinta y nueve queda atrás. Una vuelta al clot y entraré en el jardín del Edén.</div><div>El gentío alineado en un pasillo similar al de los ciclistas subiendo un puerto final de etapa en el tour de Francia; impresionante. La piel casi de gallina si no fuera imposible por la coraza mental de gladiador a punto de entrar en el cauce de los Leones. El río que nos llevará hasta la alfombra azul.</div><div>Rampa de descenso después del km 41 y … oh sorpresa. No puedo meter la sexta, hay adoquines de perfil alto incompatibles con mis sandalias. No importa, reduzco a quinta. Quedan poco menos de setecientos metros. Recto, dirección Este, diestra sur y Este , kilómetro 42. Solamente quedan ciento noventa y cinco metros de tacto y color celestial. Acelero. <a href="https://lh3.googleusercontent.com/-pO-lXDXge80/VlDwFwSnE0I/AAAAAAAALMI/kbRCOGtAgtU/s640/blogger-image-391971733.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; -webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><font color="#000000"><img border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-pO-lXDXge80/VlDwFwSnE0I/AAAAAAAALMI/kbRCOGtAgtU/s640/blogger-image-391971733.jpg"></font></a><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Ahora sí meto sexta y piso a fondo. Nadie puede sentir la suavidad que yo siento en mis metatarsianos cuando golpeo en vuelo rasante a ritmo de una zancada tan técnica como amplia y potente. Es lo que tantas veces he ensayado bajo la supervisión de los espejos de casa.</span></div><div>Dos horas cuarenta y seis minutos y veinticinco segundos. Todo se ha cumplido. Las sandalias se han licenciado en una grande. La hemos vuelto a liar.</div><div>Gracias Dios mío por tanta salud, y el sufrimiento, ¿Dónde se ha quedado?</div>Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-10203255535839385502015-10-21T23:17:00.001+02:002015-11-21T23:33:12.590+01:00XXV MEDIA MARATON DE VALENCIA<div><b> </b></div><div><b><br></b></div><div><b>Domingo 18 de Octubre de 2015. </b></div><div><b><br></b></div><div><b>Cumplí expectativas minimalistas a un precio demasiado caro.</b></div><div><br></div><div>Esto de correr es duro. Tengo que decir que a mis cuarenta y siete aun me sorprendo con lo que puedo sufrir en una competición, aunque se llame popular y no luche por ningún puesto de honor entre más de diez mil participantes.<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-UazZfQehkw0/VigA8z9dDwI/AAAAAAAALKM/jhZIrtFJi2E/s640/blogger-image--928770038.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-UazZfQehkw0/VigA8z9dDwI/AAAAAAAALKM/jhZIrtFJi2E/s640/blogger-image--928770038.jpg"></a></div></div><div>Tiene bemoles que diga esto después de correr más de veintiún kilómetros- la mitad exacta de lo que se denomina Maratón- con unas sandalias huarache para patear el asfalto de la capital del Turia, a un ritmo de tres cuarenta por kilómetro y a más de ciento setenta latidos por minuto.<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-Clq6op1dk8Q/VlDxJywjpzI/AAAAAAAALM8/2DRsnNOWFvA/s640/blogger-image-704488322.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-Clq6op1dk8Q/VlDxJywjpzI/AAAAAAAALM8/2DRsnNOWFvA/s640/blogger-image-704488322.jpg"></a></div></div><div>Enjaularse entre una tropa de hambrientos corredores, ávidos de liberar adrenalina por las calles de una gran ciudad; una mañana de Domingo a las nueve, después de haber madrugado; es un ritual que los corredores veteranos venimos haciendo, en busca de un registro que colme nuestras expectativas de entrenamiento. Es para relatar un tratado de psicopatología antropológica moderna. Una raza especial de urbanita del siglo veintiuno llamado runner.<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-bt8idCFMryU/VigA6TB9yzI/AAAAAAAALKE/-V1Jd2Fu48Y/s640/blogger-image--922044124.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-bt8idCFMryU/VigA6TB9yzI/AAAAAAAALKE/-V1Jd2Fu48Y/s640/blogger-image--922044124.jpg"></a></div></div><div>Colas inmensas ante unas cabinas químicas de evacuación del desecho corporal, llama la atención, sobre todo para los que nos consideramos más primitivos que los verdaderos urbanos.</div><div>Pillar un atasco de tráfico para llegar en autobús de madrugada al lugar del evento deportivo, cuando en una hora vagaremos por sus calles sin más ruedas que la suela de unas sandalias; es- como mínimo- difícil de explicar.<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-QPGDcfDc8Rk/VlDxG_oiulI/AAAAAAAALMs/gG1kDXnnizs/s640/blogger-image--829232056.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-QPGDcfDc8Rk/VlDxG_oiulI/AAAAAAAALMs/gG1kDXnnizs/s640/blogger-image--829232056.jpg"></a></div></div><div>Calentar al trote y en aceleración fuerte para después estar más de un cuarto de hora parados de pie, apretados como sardinas, escuchando unas proclamas políticas de cultura del esfuerzo, cuando los que sermonean dejarán el púlpito para acudir a sus poltronas escoltados en sus coches oficiales, sin el más mínimo esfuerzo. </div><div>Esperando el disparo que enmudecerá la música de unos altavoces escondidos entre la multitud, detrás de un arco de salida similar al del triunfo pero de plástico, madera y otros materiales de feria.</div><div>Salida, menos de diez segundos para llegar al arco y pisar la alfombra que hará que piten los chips instalados en cada dorsal de los corredores.</div><div>Tapón monumental de gente pesada y lenta que no debería estar tan delante.</div><div>Primer kilometro atascado a tres cuarenta y ocho. Ocho segundos lento. Acelero. Voy pasando gente y más gente. Tres treinta y ocho. Mejor. Unos glúteos muy bien calzados marcan la cadencia de unas zancadas femeninas increíbles. Me dan ganas de pegarme detrás, pero paso; debo seguir a mi ritmo y seguir avanzando. Tres treinta y cinco y abandono la avenida del Puerto por la Rotonda de La plaza de Aragón hacia el paseo de la Alameda. Por la calle de Viveros enfilamos el cuarto kilometro, delante de la facultad de Historia; en Blasco Ibañez. La hipoxia se está instaurando de forma inexorable en mi economía muscular.</div><div>Kilómetro cinco. Dieciocho minutos y diez segundos. Diez segundos por encima del ritmo previsto. Primer avituallamiento líquido. Agua embotellada, sin derramar ni una gota sobre mis pies, de lo contrario estoy muerto. Llevo sandalias, recuerden. </div><div>Tres treinta ya es un ritmo exigente. Voy forzado. No voy alegre a la fiesta. Los coros de animación disfrazados me recuerdan el surrealismo de Valle Inclán y Woody Allen, gritando cantos ensayados con más o menos gracia: “-¡ Ale, ale, ale; corredor el que no calle!”</div><div>En el kilómetro seis avisto los cuadros naranjas de los Cloteros que van en vanguardia. Son David el León y Salva el apagafuegos. Voy a por ellos. Siempre abandonando formaciones cómodas para buscar nuevos legionarios que me darán marcha o me dispararán por la espalda en la próxima esquina. Qué forma tan poco inteligente de correr, pero ese soy yo; Damol en estado puro, un alma desbocada.<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-yPa-uof9UxA/VlDxIYDlzqI/AAAAAAAALM0/ixOjsfGu2LU/s640/blogger-image-1770387090.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-yPa-uof9UxA/VlDxIYDlzqI/AAAAAAAALM0/ixOjsfGu2LU/s640/blogger-image-1770387090.jpg"></a></div></div><div>Rebaso al Leon que por sus problemas físicos va a morder el polvo, me emparejo con Salva. Hasta el diez somos un tándem perfecto, similar a los tres primeros kilómetros del pasado 10 k de Noulas.</div><div>Antes del diez, Salva se escapa para ir hacia el publico donde su mujer le va a entregar el elixir de la fuerza renovada. A partir de aquí pone asfalto de por medio y me quedo con mi soledad de corredor de fondo. La alfombra del kilómetro diez pita de nuevo. Treinta y seis minutos y treinta segundos. Diez segundos más tarde de lo previsto.</div><div>A partir de aquí me toca sacar los cojones y correr más por oficio que por vicio. Más por viejo que por diablo. Se me atragantan los kilómetros. Estoy ya por encima de los tres y cuarenta y cuatro segundos por kilómetro. El suplicio solamente ha hecho que empezar y queda casi media carrera. </div><div>Otro grupo presidido por dos cuerpos de la Unidad Militar de Emergencias me dan albergue entre sus filas. Por poco tiempo. No disfruto de las calles emblemáticas de Valencia. Giro a la izquierda para encarar el puente Real, primero en cuesta y luego en pendiente favorable hacia la Plaza de Tetuán.</div><div>Cuando en la calle de la Paz veo al fondo la torre campanario barroco de Santa Catalina, lejos de admirar la estampa de postal, se me encienden todas las alarmas. Cuatro diecisiete aparece en el cuadrante superior derecho de mi GPS. La alerta es roja. Estoy cayendo en picado. El hombre del mazo merodea por las calles cercanas del centro de la ciudad.</div><div>Me queda el gel que llevo apretado en mi mano izquierda. Antes del quince, en la calle San Vicente Mártir lo engullo para tomar agua después. Cincuenta y cinco minutos y cincuenta segundos. Ya casi llevo un minuto de retraso. Debo recuperarme con el nuevo aporte de glucosa.</div><div>Es a partir del dieciocho cuando vuelvo a encontrar ritmo alegre cercano a los tres cuarenta y cinco. He salido del bache. Junto al Palau de la música pienso que ya solo me quedan tres kilómetros, una vuelta al Clot. Los hombres espectadores trajeados sonríen ante la incomprensión de ver a unos locos que enseñan sus carnes corriendo como locos una mañana de domingo otoñal, tan apropiada para escuchar música clásica.</div><div>El veinte ya esta ahí y con él el último kilómetro. La meta ya se huele, pero tardo en verla. Rebaso a un cuerpo rezagado en solitario de la UME. Intento poner la sexta ante una avenida de muchísima gente agolpada a ambos márgenes de la recta final, varios arcos hinchables. Más gélidas las expresiones que el cielo azul cálido junto al puerto del mediterráneo. Y final, terminó el martirio. </div><div>Una hora dieciocho marca el electrónico. Objetivo cumplido con sandalias pero jo… lo que me ha tocado sufrir. Cincuenta segundos de penalización no van a ninguna parte.</div><div>Lo mejor esta por venir. El paseo bajo el sol junto al mar,las terrazas y los tinglados del puerto marítimo de Valencia. Los compañeros de amics del clot y la Cerveza con tapa y lata en Casa Calabuig.</div>Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-54911003559462791062015-10-06T15:41:00.001+02:002015-12-03T21:55:22.887+01:0010 K de Noulas. Un infierno que me llevó a la gloria.<div>Domingo 27 de Septiembre de 2015.</div><div><br></div><div>10 KM DE NOULAS. TANTA GLORIA COMO SUFRIMIENTO</div><div>PRIMERA CARRERA MINIMALISTA CON SANDALIAS EN MI CURRICULUM.</div><div>Doble paso por la Calle San Jaime mientras agoniza mi tía Soledad.</div><div>Ultimo kilómetro dedicado al sufrimiento del enfermo.</div><div><br></div><div>Clavé los 36 minutos. Primera derrota frente a Salva el bombero.</div><div><br></div><div><br><div class="separator" style="clear: both;"><div class="separator" style="clear: both;"><div class="separator" style="clear: both;"><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-BZQULXMe5Q0/VmCsN85PkaI/AAAAAAAALNQ/rlXz8unDbio/s640/blogger-image-1403938396.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-BZQULXMe5Q0/VmCsN85PkaI/AAAAAAAALNQ/rlXz8unDbio/s640/blogger-image-1403938396.jpg"></a></div><br></div><br></div><br></div>Tan bien como fui de fui mal de motor. La salida a ritmo excesivo me penalizó en exceso para sufrir en el segundo cinco mil.</div><div>Circuito urbano a dos vueltas de 5 kilómetros en mi segunda patria. Calles tantas veces pisadas durante mi infancia y juventud. Experiencias tantas habrá que comprimirlas en diez mil metros de sufrimiento sobre una suela de 10 milímetros atada al pie con unos cordones.</div><div><br></div><div>Todo fue hermoso hasta que el pistoletazo de salida nos puso rumbo hacia la hipoxia más absoluta. La anaerobiosis y el lactato a casi ciento ochenta pulsaciones.</div><div>Hasta el beso de mi madre rompiendo filas en el pelotón de salida fue tan hermoso y valiente como inesperado.</div><div>El ritmo de Salva se hizo insoportable cuando entramos en el quinto kilómetro.</div><div>Girar por la Calle La soledad para entrar por San Jaime es una experiencia casi mística que me debía el running.</div><div><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-M_xM9wg-kXM/VigC-9FjtSI/AAAAAAAALKg/UqWMHyE5WGs/s640/blogger-image--1203909669.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-M_xM9wg-kXM/VigC-9FjtSI/AAAAAAAALKg/UqWMHyE5WGs/s640/blogger-image--1203909669.jpg"></a></div><br></div><div><br></div><div>Dos veces tuve el placer y honor de pisarla en carrera. La calle de mi infancia. Las horas y noches de futbol de tantos inviernos de fin de semana y entre semanas estivales.</div><div>Me quedo con las sensaciones de pisar asfalto urbano y acera con sandalias como si fuera descalzo a un ritmo inicial salvaje. Como un auténtico huarache. Ni los romanos en Cinemascope los he visto tan rápidos.</div><div>Siguiendo la estela de Salva, en tándem perfecto hasta que la hipoxia me llevó a abandonarlo en pos de un ritmo más sosegado según mis capacidades y un entrenamiento seguramente más escaso que el suyo. Sin duda demostró estar mejor que yo en esta distancia y en la actualidad.</div><div>Antes de tomar la calle de La Soledad por primera vez después del cuarto kilómetro ya se vio que mi ritmo se moría por falta de oxigeno.</div><div>El motor de la Harley no da para más revoluciones a pesar de darle gas.</div><div>Por la calle mayor hasta el primer paso por meta, ya en solitario siguiendo la estela del clotero comprendí que el sufrimiento solo había hecho que empezar.</div><div>A pesar de los menos de 17 minutos y medio para los 5 kilómetros no iba a realizar un tiempazo. Seguí según lo previsto, a pesar de todo.</div><div>Serían más treinta y seis que treinta y cinco por primera vez en mi curriculum.</div><div>Los segundos tienen toda la pinta de esfumarse sin piedad en cada kilómetro de los que me restan en la segunda vuelta.</div><div>El callejeo por los arrabales del futbol me llevan al extravío mental.</div><div>-¡Los viejos rockeros nunca mueren!- Arenga de lujo que me da un subidón total en boca de un auténtico esforzado de la ruta y el cross country. Manuel Navarro; vallero total veterano runner ya retirado que tanta batalla me planteó en mis tiempos glorioso. Un tipo tan duro como correoso. De esos que cabalgarían al lado de John Waine por los desiertos del oeste americano</div><div>Tus palabras me subieron al Olimpo de los dioses por unos segundos. Después otra vez la soledad del corredor de fondo chancleteando por la vía publica de mi segunda patria me devuelven a la cruda realidad de la hipoxia.</div><div>En rectas de mucho poder donde el cronómetro y el GPS se disparaba por debajo de los tres veinte, mostrando que el rockero aun tiene muchos acordes que repuntar en su poderoso tren inferior.</div><div>En la recta de la antigua N-340 el combustible se pone en reserva. Las alarmas se disparan. La luz roja en mi salpicadero se enciende como un aviso de crisis total.</div><div>El km nueve no aparece y mis perseguidores pueden darme caza. Me acerco a los cuatro minutos y el sonido de la alarma pita en mi cabeza.</div><div>Giro a la izquierda y callejeo para rodear la arciprestal de San Bartolomé. Debo esconderme de mi cazador que ya he avistado por el retrovisor.</div><div>La caza no va a tener cuartel. Aun no huelo la meta y estoy en el último kilómetro. Es mi terreno sagrado de la infancia. No puede ser tan corto y tan eterno a la vez. Pido por mi tía soledad moribunda que agoniza en su cama de la Calle San Jaime. Mi sufrimiento es similar, aunque será mucho más corto que el suyo. </div><div>Mis tías y mi madre como espectros no me reconocen. El purgatorio para ascender a la gloria de meta hay que vivirlo en soledad.</div><div>Giro a la derecha y enfilo la calle mayor.Ahora sí, la meta esta a la vista.</div><div>La sexta por fin. La meto y a fondo. Por debajo de tres quince acelero. </div><div>El electrónico marca treinta y cinco y mucho.</div><div>En treinta y seis cero lo clavé. Según lo previsto.</div><div>Pero tanto tenía previsto sufrir?</div><div>Si lo se no vengo.</div><div>Después todo son felicitaciones. Podium y primera carrera minimalista con triunfo en una nueva categoría.</div><div>Felicidades a mi compañero Salva. Me dio una lección de saber mantener y yo a entrenar más si quiero llegar bien a la maratón de Valencia. </div><div>Al fin y a la postre solo me retrasé cinco segundos respecto al 10 k del año pasado en Almassora con las Adidas Boston Boost de mi antigua era amortiguada.</div><div><br></div>Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-55145145417145584872015-07-22T01:01:00.001+02:002015-10-21T23:28:52.960+02:00VUELVO A ESTAR EN AÍN.<br>
<span></span><br><br>
<span>Después de muchos años he vuelto con la familia a pasar unas vacaciones en Aín.</span><br>
<span>Hemos comenzando por un fin de semana. De prueba, para llevar trastos, ropa y comida sobre todo.</span><br>
<span>Es mi propia familia. Isabel con mis hijos. Ya no es con mis primos, mis padres y mis tías.</span><br>
<span>Aquellos años tan felices de mi infancia quedaron atrás; eso sí, sin olvidar los momentos que aquí vivimos, rebosantes muchas veces de ese sabor especial. Fueron para los sentimientos y los sentidos nuevas experiencias que después siempre hemos querido repetir. Con esa obsesión volvemos y volvemos para ver si volvemos a vivir lo más felizmente vivido. Con nuestros hijos. Para que sorban la esencia del lugar y sus personajes, sus paisajes. Esa pausa. “Deja Vu” de sus tardes, sus noches, esos momentos sin reloj. Sin agenda, sin hora ni día.</span><br>
<span></span><br><br>
<span>Tengo por fin casa. Es la casa de la abadía. En la calle del agua, frente al chorro del abrevadero de caballos. La planta baja. Pequeña, coqueta, antigua. Con sabor a pueblo. Alquilada para todo el año por un módico precio. </span><br>
<span>Quizás sea en el invierno cuando podamos paladear con más tranquilidad las escapadas de la vida moderna, tan nefasta para nuestras existencias cotidianas.</span><br>
<span>Se presenta como acogedora ante las tórridas tardes veraniegas. </span><br>
<span>El frío y la soledad vendrán. Pero de eso ya hablaremos en otras calendas. </span><br>
<br>
En verano hay demasiado jolgorio. Demasiada juventud desbocada que trata de vivir de prisa y sin las cortapisas de conducta que imponen sus ciudades de origen por el corse del horario impuesto. Aquí todo vale.<br>
<span></span><span>Ahora es prioritario ver si mis hijos son capaces de encajar en este puzle de ciudadanos de la plana que huyen del pegajoso calor de la costa para buscar dormir mas fresco.</span><br>
<span>Si encuentran sus amigos fenomenal, sino será un mal invento. De momento se los traerán de la ciudad. </span><br>
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-jnLn3LDyF3s/Va7O06msDYI/AAAAAAAALIQ/oISDAflVi4Y/s1600/2015-07-19%2B18.57.55.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://3.bp.blogspot.com/-jnLn3LDyF3s/Va7O06msDYI/AAAAAAAALIQ/oISDAflVi4Y/s320/2015-07-19%2B18.57.55.jpg" width="240"></a><span>Así Patry se ha traído a su amiga Sofía. Damián quizás se venga con Abel, Quique tiene más candidatos. En fin, su felicidad ahora parece que es responsabilidad de sus padres.</span><br>
<span>Su padre mientras tanto tendrá los cafelitos en el bar de la Cooperativa, los baños en la piscina de agua de riego y sobre todo muchos senderos y montaña por recorrer. Escapadas de aventura tantas veces deleitadas en solitario buscando mi esencia de Capricornio empedernido.</span><br>
<span>Después del partidazo con Quique, vestido del Barça en el polideportivo con otros chavales de mayor edad nos hemos reconvertido a la sociabilidad tan pretendida como esquivada en este santo pueblo.</span><br>
<span>El primer fin de semana transcurrió hasta con tormenta de verano, tan fantástica como rara en estos tiempos de cambio climático. La puntuación es de sobresaliente.</span><br>
<span>El fin de fiesta del domingo lo puso la cena en el bar Paquita de Eslida, una guinda de excelencia para una existencia sencilla en familia feliz.</span>Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-72427803478890459822015-07-22T00:33:00.000+02:002015-10-21T23:29:22.950+02:00QUE TIENE EL CAMINO DE SANTIAGO.<div style="margin: 0cm 0cm 10pt;"><span style="font-family: Calibri; font-size: small;"> </span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black; font-family: Calibri; font-size: small;">No sé lo que tiene el Camino de Santiago; pero te atrapa.</span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="color: black; font-size: small;">La </span><span><span style="color: black; font-size: small;"> </span></span><span style="color: black; font-size: small;">aventura, la leyenda milenaria, la energía de tantos caminantes hacia un mismo lugar. La divinidad. Lo mágico. Lo trascendente. Romper con las ataduras del tiempo. Relacionarse con los demás compañeros como peregrinos. Caminantes sin más meta que el camino. Encrucijada de historias personales…</span></span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="color: black; font-size: small;">Aventura, reto, creencia, religión, fe, deporte, actividad física y social. Todo lo resume</span><span><span style="color: black; font-size: small;"> </span></span><span style="color: black; font-size: small;">pero </span><span><span style="color: black; font-size: small;"> </span></span><span style="color: black; font-size: small;">nada lo explica.</span></span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black; font-family: Calibri; font-size: small;">Si lo haces quieres volver. Por qué este tercer camino me reportó a mi tanto encanto.</span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="color: black; font-size: small;">A priori cuando Ramón Peris lo comentó a Isabel, fue recibida la propuesta como una gran idea.</span><span><span style="color: black; font-size: small;"> </span></span><span style="color: black; font-size: small;">Después de la gran proeza que quedará para los anales como gesta histórica de un burrianense y amigo llamado Ramón</span><span><span style="color: black; font-size: small;"> </span></span><span style="color: black; font-size: small;">Peris; </span><span><span style="color: black; font-size: small;"> </span></span><span style="color: black; font-size: small;">en Julio del 2014: Burriana -Santiago en carrera durante catorce días, Isabel le comentó lo bonito que sería hacerlo con los niños.</span></span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black; font-family: Calibri; font-size: small;">La idea ya se gestó cuando allá por el año 1997 hicimos juntos el camino como novios, sin hijos. Isabel y yo. Peregrinos como enamorados que se juran amor eterno. </span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black; font-family: Calibri; font-size: small;">-Tenemos que repetirlo si llegamos a tener hijos en su compañía. Cuando tengan suficiente edad para poder soportar el esfuerzo de la marcha. Ocho o nueve años sería una edad bonita para ellos. </span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black; font-family: Calibri; font-size: small;">Hemos tardado casi veinte años en llevarlo a la realidad; pero ahí está. Nunca es tarde para dar vida a un deseo, por más escondido que se encuentre en nuestro pobre corazón.</span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black; font-family: Calibri; font-size: small;">Tres familias, tres parejas con dos hijos por matrimonio. Niño y Niña por tres. Seis adultos y seis niños. Doce peregrinos, como doce apóstoles que siguieron a Cristo.</span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="color: black; font-size: small;">Ramón y Nela; Rafa y Belen; Damián e Isabel. Con Ramón e Irene; Oscar y Marta; Quique y Patry. Doce corazones unidos para convivir durante una semana. Compartir ruta, comidas, albergues, conversaciones, ilusiones, cansancios, dolores, alegrías y penas para llegar al templo del apostol</span><span><span style="color: black; font-size: small;"> </span></span><span style="color: black; font-size: small;">Santiago.</span></span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="color: black; font-size: small;">Vilei de Sarria- Portomarín; Portomarín- Palas de Rei; Palas de Rei- Boente; </span><span><span style="color: black; font-size: small;"> </span></span><span style="color: black; font-size: small;">Boente- Salcedo; Salcedo- Santiago. Poco más de 106 km en cinco etapas de 20 y 25 km. </span></span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="color: black; font-size: small;">No importan los días, no importan los kilómetros. No importan los pueblos. Fuimos felices a pesar o gracias al esfuerzo en común. Tuvimos crisis de dolor físico y hasta mental. Desfallecimientos y crisis hasta casi de identidad. Qué </span><span><span style="color: black; font-size: small;"> </span></span><span style="color: black; font-size: small;">carallo</span><span><span style="color: black; font-size: small;"> </span></span><span style="color: black; font-size: small;">hago yo aquí haciendo esto en mis vacaciones. </span><span><span style="color: black; font-size: small;"> </span></span><span style="color: black; font-size: small;">Que se lo digan si no a Oscar y a sus padres sobre todo.</span></span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black; font-family: Calibri; font-size: small;">Nunca olvidaremos el camino. Para los niños es una semilla que ha germinado en tierra fértil. </span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black; font-family: Calibri; font-size: small;">El futuro les recordará que una vez caminaron a Santiago y fueron felices</span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black; font-family: Calibri; font-size: small;">Especialmente para ellos. Especialmente por ellos. Gracias Dios por llevarnos por la senda marcada.¡ Ultreia!</span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="color: black; font-size: small;">Porque</span><span><span style="color: black; font-size: small;"> </span></span><span style="color: black; font-size: small;">sigo</span><span><span style="color: black; font-size: small;"> </span></span><span style="color: black; font-size: small;">sin entender que tiene el camino que atrapa a tantos extranjeros, tantos europeos, tantos asiáticos, tantos americanos, tantos españoles. Tantos… durante tanto tiempo.</span></span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black; font-family: Calibri; font-size: small;">¿Moda? Una moda que dura casi mil años. Nunca había conocido una moda tan longeva. Por definición se contradice con dicho concepto. </span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black; font-family: Calibri; font-size: small;">El caminante representa el paso por la vida. Siempre en marcha. Hoy aquí, mañana allá. Siempre de paso, nunca se permanece. </span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black; font-family: Calibri; font-size: small;">A pesar de que el ser humano tiende a echar raíces como las plantas. Si echamos la vista atrás, no nos lo parece.</span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="color: black; font-size: small;">Cuantos peregrinos en la vida </span><span><span style="color: black; font-size: small;"> </span></span><span style="color: black; font-size: small;">tenemos la sensación de llevar demasiado tiempo en el mismo albergue. Otros no obstante querrían permanecer</span><span><span style="color: black; font-size: small;"> </span></span><span style="color: black; font-size: small;">más. Pero todo es efímero, el tiempo, la gloria. Vamos caminando sin fin.</span></span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="color: black; font-size: small;">Hacia dónde. El camino no se acaba en Santiago… el “ Finis Terrae “, la vuelta.</span></span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="color: black; font-size: small;">Somos los mismos, o transformados por </span><span><span style="color: black; font-size: small;"> </span></span><span style="color: black; font-size: small;">una pequeña mano de pintura nueva para el corazón, cada vez más duro y roído por los sinsabores de la vida. </span></span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black; font-family: Calibri; font-size: small;">El paso. Unas veces lento, otras demasiado rápido. Seguimos caminando.</span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black; font-family: Calibri; font-size: small;">¿Qué tiene Santiago? ¿Tú lo sabes caminante?</span></div>
<span style="color: black; font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><div style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="color: black; font-family: Calibri; font-size: small;">Cuéntame. Me gustaría saber el secreto.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://photos-5.dropbox.com/t/2/AABxwv8IIweL2IsFKqKYZ9MKNlm5M7AC4wdajrD9In6Adg/12/66042367/jpeg/32x32/1/1437523200/0/2/2015-07-10%2015.54.07-2.jpg/CP_zvh8gAiAHKAIoBw/wkaEkMiEUZHQbtxR--B1UsyLKqxawhGYYyTwflbeUNQ?size=800x600&size_mode=2" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" class="preview-image" data-reactid=".2.0.0" src="https://photos-5.dropbox.com/t/2/AABxwv8IIweL2IsFKqKYZ9MKNlm5M7AC4wdajrD9In6Adg/12/66042367/jpeg/32x32/1/1437523200/0/2/2015-07-10%2015.54.07-2.jpg/CP_zvh8gAiAHKAIoBw/wkaEkMiEUZHQbtxR--B1UsyLKqxawhGYYyTwflbeUNQ?size=800x600&size_mode=2" style="visibility: visible;"></a></div>
Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-22613212486708348812015-04-14T23:39:00.001+02:002015-04-14T23:39:35.260+02:00Media Maraton Vias Verdes Caudiel- Navajas<div>MEDIA MARATON DE NAVAJAS. VIAS VERDE OJOS NEGROS CAUDIEL- NAVAJAS</div><div><br></div><div>UN DESCENSO QUE DIO LO MEJOR Y LOS MAS GARROTE DE MI MISMO.</div><div><br></div><div>UN PODIUM TAN FACIL COMO MANTENER LA AGONIA DE LA PERSECUCION.</div><div><br></div><div>PERSEGUIR Y SER PERSEGUIDO. </div><div><br></div><div>Si obviamos el madrugón de las seis de la mañana del segundo domingo de Pascua. La soledad de la noche y el viaje en solitario camino de la autovía Mudejar hacia Navajas.</div><div>Si obviamos la soledad en medio de la multitud anónima de corredores populares para esperar en cola de autobuses invadiendo pueblos del interior.</div><div>Si obviamos el frío de la mañana, los autobuses yendo y viniendo callejeando por pueblos tan parvos como hermosos, en su despertar soñoliento de una mañana de domingo de Abril.</div><div>Si obviamos todo ello, todo se puede decir que pasará a la historia de mi persona en formato de memorandum glorioso. Señal inequívoca del paso por este mundo tan ingrato como hermoso.</div><div>El calentamiento en medio de las calles de Caudiel. La evacuación liquida de cara a la pared de la última calle con miras al campo. </div><div>Vamos progresivamente a encerrarnos dentro de una pequeña plaza como toros en el corral. Cerca de donde el arco hinchable se monta, a la salida de una calle tan corta como ancha. Detrás del mismísimo Groucho Marx resucitado en un disfraz de runner ya conocido por la afición popular. </div><div><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh6.googleusercontent.com/-C3NjovBbAKQ/VS2JDa3fxlI/AAAAAAAAKvs/8jDDcoqgpFY/s640/blogger-image-141708437.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh6.googleusercontent.com/-C3NjovBbAKQ/VS2JDa3fxlI/AAAAAAAAKvs/8jDDcoqgpFY/s640/blogger-image-141708437.jpg"></a></div>Más de trescientas personas buscando acomode siguiendo el curso del laberinto de la humilde villa. </div><div>Cuenta atrás y salida a las nueve en punto detrás de una moto y una bicicleta. Tras sonar un disparo callejeamos por el pueblo de Caudiel para buscar un primer descenso donde ya las liebres se quieren escapar.<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-VCj7ujqMTo8/VS2JEaDAKuI/AAAAAAAAKv0/HJ1XFpc7mpo/s640/blogger-image--62196038.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-VCj7ujqMTo8/VS2JEaDAKuI/AAAAAAAAKv0/HJ1XFpc7mpo/s640/blogger-image--62196038.jpg"></a></div></div><div>Persigo a la cabeza para cazarla tan rápidamente como mi instinto cazador me permite. Me cuesta mis primeros esfuerzos llegar hasta un personaje añoso y de menos pelo que yo en el craneo; de correr algo grotesco y minimalista, delante de un joven de abundante cabello negro y gafas de rompe-techos que calza un correr mucho más potente; en el triplete del podium un espigado caballero de buena fibra y longilínea estampa que marca su tempo con zancada corta y briosa, exhibiendo su trastorno torsional de ejes al avance magistral de su figura bien uniformada.<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh4.googleusercontent.com/-jmn3fhQJrFU/VS2JCYl5iyI/AAAAAAAAKvk/mG6pCjJdces/s640/blogger-image--978388759.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh4.googleusercontent.com/-jmn3fhQJrFU/VS2JCYl5iyI/AAAAAAAAKvk/mG6pCjJdces/s640/blogger-image--978388759.jpg"></a></div></div><div>El calvo añoso se lanza para marcar un ritmo que aunque parece tranquilo a ojos de un profano se erige como mortal de necesidad para los perseguidores.</div><div>Le tomo el costado de su siniestra para acceder a la vía verde en descenso de asfalto gastado hasta que el cuerpo aguante. </div><div>Vamos a menos de tres veinticinco y son veintiún kilómetros. </div><div>Rompe-techos de Xátiva me guarda la espalda con respeto. Pronto el ritmo mortal del añoso deja asfalto de por medio con los perseguidores. Yo, hasta el kilómetro cinco no quiero comprender que voy a un suicidio asistido. Mi compañero de viaje es mi asesino confeso. <div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh6.googleusercontent.com/-ulMZdPihlwI/VS2JFVvLk1I/AAAAAAAAKv8/fprbOhZOFjA/s640/blogger-image-1663599261.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh6.googleusercontent.com/-ulMZdPihlwI/VS2JFVvLk1I/AAAAAAAAKv8/fprbOhZOFjA/s640/blogger-image-1663599261.jpg"></a></div></div><div>Lo dejo escapar y me quedo relegado a perseguidor perseguido por el gafotas. Segundo puesto absoluto.</div><div>Así se mantiene la película hasta que en el avituallamiento del pueblo de Jérica- en el km 10- sufro un ataque del tercero que me rebasa con fuerza y muchas ganas liberadas. No me resisto y lo mantengo a tiro de arma corta. </div><div>Es después del km 15 cuando me doy cuenta que mi objetivo de tiro comienza a tener problemas. Se gira para calcular referencias con su perseguidor y gesticula mirándose repetidamente el reloj. Son señales inequívocas de flaqueo. Cargo la pistola y sigiloso le voy recortando metros. Le doy alcance y corro a su lado para testarlo. Meto una marcha más y olvido disparar. El ritmo de menos de 3.40 es suficiente para dejármelo atrás y quedarme en segunda posición en solitario de nuevo. Al primero ya no lo veo y por tanto está fuera de mi objetivo. La entrada en el pueblo final de Navajas se anuncia a falta de 2km para meta. Dejamos la antigua vía del ferrocarril para tomar la carretera de entrada. Descenso abrupto de calles hacia abajo del pueblo y ahí, sin previo aviso me vuelve a atacar por sorpresa el de Xativa, que yo creía fuera de combate. La juventud se impone y no le disputo su bien ganado segundo puesto. Yo me conformo con entrar tercero en la alfombra roja de meta, arengado por el speaker que no aun no me conoce y doblando a corredores del 10 k. </div><div>Foto con los dos antecesores y triplete de podium muy trabajado a mis 47 años. ¿Qué más puedo pedir?</div>Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-89349806692465693132015-03-02T00:10:00.001+01:002015-10-22T09:06:42.011+02:00Maratón de Sevilla. 22.02.15. Me saqué la espina de Castellón.
2:44'43". Plusmarca personal<div>Dicen que segundas partes nunca fueron buenas. Esta vez, afortunadamente no solo fue muy buena; fue la mejor de todas las partes anteriores en la distancia de Filipides.</div><div>Dice Martín Fiz, campeón mundial de la distancia, en su documental Fiz, puro maratón; que la maratón saca lo mejor de ti mismo y te ayuda a conocerte.</div><div>Yo sabia que podía conseguirlo. Es verdad que dos meses antes, en Castellón me equivoqué. Tan preparado como estaba, me equivoqué en el ritmo de carrera. Fui demasiado rápido y lo pagué en el kilómetro treinta. Erré en el objetivo. En vez luchar contra mí, pequé de ambicioso y fui a por el récord del club. Tan solo cinco minutos de diferencia me rompieron.</div><div>Afortunadamente la vida nos permite equivocaciones y algunas veces nos concede tiempo y valor para poder enmendarlas. Ahí esta lo bueno y la gracia de este camino hacia la sabiduría. Comprender que te has equivocado y como un buen médico, hacer un buen diagnóstico en el dónde, para proponer un buen plan terapéutico en el cuándo y cómo.</div><div>Estaba claro que el cuándo debía ser lo más rápido posible, pues después de tres meses de duro entrenamiento, desde el 1 de Septiembre, si quería rematar la faena debía ser cuanto antes.</div><div>Busqué una prueba en el calendario cercana a Diciembre para no perder lo conseguido y tener que empezar de cero sin que el mantenimiento fuera demasiado largo y pesado. </div><div>Ahí encontré Sevilla. El 22 de febrero. Tan solo dos meses y medio después de Castellon.</div><div>Sabía que me iba a mover por un circuito muy rápido y totalmente llano. A priori muchas probabilidades de obtener un buen tiempo. A priori buena temperatura, sin viento y un caloret especial de la afición, que aunque no fuese fallera sí lo es palmera, salerosa y andaluza; con esa gracia especial. Así que... ¡Vamonoooos!</div><div>Mantuve el entrenamiento a ritmos de entre 135 y 155 pulsaciones según la prueba de esfuerzo realizada en mi hospital Provincial. Solamente traspasé la línea roja en las series largas y en los cambios finales de los rodajes largos.</div><div>Mi corazón se fue adaptando. Mi ritmo de crucero cada vez más poderoso y con menos latidos. Los músculos fueron oxigenándose y recuperándose de Castellón para volver a la pelea.</div><div>Una media maratón en Sagunto fenomenal en una hora y dieciséis. Otra media maratón en solitario de entrenamiento en una hora y diecinueve, haciendo un último mil en menos de tres quince.</div><div>Series de hasta seis mil cada vez con menos sufrimiento. A veces hasta disfrutando del solet y mi sombra sobre el asfalto en horas de siesta.</div><div>Los problemas de sobrecarga muscular en los gemelos y tibial anterior a falta de dos semanas resueltos con la ayuda del Fisioterapeuta y unos cuidados de hidroterapia y mimos en la piscina municipal de Burriana.</div><div>En mi ultimo rodaje largo de 22 km desde el polideportivo del Chencho de Castellón hasta Burriana</div><div>empiezo a sentir que - a falta de una semana- mis músculos del tren inferior están ya preparados. El motor carbura en régimen superior. Los últimos cuatro kilómetros acelero para meter la sexta con gran solvencia y el rendimiento se optimiza por debajo de 3.45". El bache está superado. El coco se insufla de la autoestima suficiente para afrontar un reto tan exigente como mejorar la barrera de las dos horas y tres cuartos en tierra extraña, con mis hijos a mi cargo y de referencia más directa.</div><div>Por fin llega el gran día.</div><div>Con Javi en el Taxi y otro extranjero me recogen de enfrente de la plaza de la Maestranza pasadas las 7.45 horas. Renuncio a ir al trote o andando. La espera se me hace larga por el madrugón y los nervios.</div><div>Dejo a mis hijos durmiendo y con todo preparado para -cuando se levanten y se reúnan con Marta en su particular maratón de animadores a lo largo de un circuito tan largo como concurrido- no les falte de nada.</div><div><br></div><div>En el estadio de la Cartuja me despojo del chandal y me quedo ya en tirantes y pantalón corto para sentir el frío de los 8º C en mis carnes enjutas, fibradas y depiladas. El petate en el guardarropa. Trote cochinero hacia la salida. Calentamiento detrás de las vallas como presos en un campo de concentración. Somos autómatas a ritmo de la música, estirando y haciendo gestos repetidos tantas veces. </div><div>Las arengas del hombre del micrófono te hacen tomar conciencia de lo que vamos a vivir. Ritual casi litúrgico para preparar el momento y revestirlo de trascendencia como la requerida para la participación en un acto tan importante como una carrera internacional de Maratón en una ciudad tan emblemática como la capital Andaluza. </div><div>Voy - a falta de quince minutos para las nueve - ocupando mi sitio en las jaulas de salida ordenadas por tiempos.</div><div>Quince minutos interminables encerrados hasta el disparo de salida. </div><div>El cinturón pectoral del pulsómetro decido bajarlo a la cintura. Renuncio a la molestia danzante y a la información cardiaca por una vez. </div><div>Cuando se da la salida al grueso del pelotón corredor somos tan felices como los potros que salen del rancho para buscar el pasto de los prados.</div><div>Las liebres de las 2h 45' van con unos globos azules y se me escapan tanto que tengo que espabilar. Me doy como plazo unos kilómetros para alcanzarlos.</div><div>No es hasta el kilómetro cinco que me pongo a su nivel. Para ello tengo que correr por debajo de los 3 minutos cincuenta segundos por kilómetro.</div><div>Es en el puente de San Telmo, donde están Damy y Patry con Marta. Allí me pongo a ritmo estable hacia la gloria.</div><div><br></div><div>Sufriendo lo justo y necesario para ir devorando kilómetros por anchas avenidas separados del tráfico automovilístico por conos rojos. Flanqueados por espectadores animosos siempre en filas muy concurridas.</div><div>El primer diez mil según lo previsto por debajo de los treinta y nueve minutos. La media maratón clavada a diez segundos por debajo de la hora veintidos y treinta segundos que marca la divisoria exacta del tiempo final. Los geles de mi cinturón voy incorporándolos a mi metabolismo en el quince, veinticinco y treinta y cinco kilómetros. Los avituallamientos continuos servidos en vasos de cartón, derramándose muchas veces. Ya no se si son de agua o de preparado liquido isotónico, aunque los voluntarios gritan su contenido, aveces demasiado tarde, los voy engullendo a sorbos tan cortos como si un pájaro fuera.</div><div>Tengo un inspiración y decido lanzarme -por primera vez en mis cinco maratones -a improvisar un acto de alimentación. Me lanzo a por trozos de plátano. Se que en las carreras de montaña largas me ha ido siempre bien así que me arriesgo y los engullo con mucha quietud chupando la pulpa para poco a poco pasarlo del tubo digestivo al torrente sanguíneo. Me ayuda a sentirme mejor. Creo que lo he acertado.<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-lu7m66yCb68/VPOcaLpvAoI/AAAAAAAAKKE/f2j2Bli7-Gw/s640/blogger-image-1450343761.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-lu7m66yCb68/VPOcaLpvAoI/AAAAAAAAKKE/f2j2Bli7-Gw/s640/blogger-image-1450343761.jpg"></a></div></div><div>Llegamos al kilómetro treinta. Empiezo a pensar en la lección tantas veces repetida a mis hijos y escrita en folios para recordármelo; <i>“la maratón empieza en el treinta”</i>- hasta entonces solo ha sido un calentamiento.</div><div>Que casualidad que uno de mis acompañantes lo verbaliza en voz alta. Esto ya no hay quien lo pare.</div><div>Treinta y dos. Un diez mil. No se si es un pensamiento positivo o negativo pero entre la multitud alguien lo clama al cielo.</div><div><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-8R8-cQHwyG4/VPOcY_W4ebI/AAAAAAAAKJ8/pAzLDsmDNYE/s640/blogger-image--1977789072.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-8R8-cQHwyG4/VPOcY_W4ebI/AAAAAAAAKJ8/pAzLDsmDNYE/s640/blogger-image--1977789072.jpg"></a></div><br></div><div>A partir de ahora solamente los bien entrenados van poder aguantar el martirio, los demás van caer como moscas. El cambio metabólico ya esta en marcha. Los depósitos de glucógeno tienen que estar en reserva. En mi salpicadero mental no hay ninguna luz roja encendida. Estoy preparado para combatir al hombre del mazo. Lo espero. Parque de Maria Luisa. Puede estar escondido detrás de un banco, puede aparecer detrás de un árbol, salir con el tridente desde un claro. Me lo espero de un momento a otro.</div><div>Plaza de España. Kilometro treinta y cinco. El sol brilla de una forma especial contra el artesonado mudéjar y por primera vez en una maratón se me pone la piel de gallina. Los muslos están erizados de adrenalina.</div><div>Voy bien. Decido dar un golpe de timón y salto de las liebres. Me libero hacia delante. Siete kilómetros para la gloria.</div><div>Dos kilómetros para llegar al fatídico treinta y siete, donde abandoné en Castellón. Entro en la Sevilla histórica entre adoquines y railes de tranvía.</div><div>Empiezo a rebasar rivales, pero no tantos como pensaba. La gente por delante va bastante firme. En el puente de la Barqueta está el km 40. Ya hasta meta debe ser un paseo triunfal. Los músculos remojados en lactato para reconvertir en glucosa buena para el ultimo km. Ahí si que es todo coco. Cuantas veces he pensado en llegar aquí con ese poder. Un sueño una semana antes de la maratón me dijo que así iba a suceder.</div><div>Aunque son calles polígoneras, poco animadas, me dirijo al estadio Olímpico de La Cartuja. No lo olvido. Brutal.</div><div>Entrada en el túnel. Oscuridad y descenso hacia el tartán. De lo anodino a lo inolvidable. De la oscuridad a la luz. Las gradas están bastante desiertas. Demasiado hormigón, pero en cabeza el estadio esta a reventar y siento las campanas del Paraíso. Me creo que es la final olímpica y me bato por un metal precioso. </div><div>Delante a cincuenta metros tengo en el punto de mira a dos rivales. Tengo fuerzas. Tres veinticinco marca mi Gps de pulsera. El ritmo es fantástico para ser el kilómetro 42. No voy a disputar el puesto a nadie. Solamente me resta la recta de meta. El gozo no me cabe. Acelero lo justo para dejarme llevar y paro el cronómetro . Estoy entero y muy contento. </div><div>Alguien me cuelga una medalla de Finisher y me hace una foto. Para siempre.</div><div>Lo he conseguido. A la segunda. Lo que tenía que haber conseguido en Castellón lo he tenido que demostrar a más de 800 km al sur. Dos meses y medio después, manteniendo el entrenamiento desde hace cinco meses.</div><div>El maratón de caminata, nervios y stress por coger el tren fue tan duro como la carrera primera, pero no es este lugar para narrar penalidades banales.</div><div>Me quedo con la gran lección de trabajo, pundonor y raza.</div><div>El gran Damol ha vuelto. </div><div>Síííiiiiiiiiiiiii!</div><div><br></div><div><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh5.googleusercontent.com/-J-qf-Hk0UbM/VPOcbNl1BAI/AAAAAAAAKKM/ZGbLlplcIak/s640/blogger-image-1384036714.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh5.googleusercontent.com/-J-qf-Hk0UbM/VPOcbNl1BAI/AAAAAAAAKKM/ZGbLlplcIak/s640/blogger-image-1384036714.jpg"></a><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh5.googleusercontent.com/-J-qf-Hk0UbM/VPOcbNl1BAI/AAAAAAAAKKM/ZGbLlplcIak/s640/blogger-image-1384036714.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a><a href="https://lh6.googleusercontent.com/-tZvoK0MevSg/VPOccKsyruI/AAAAAAAAKKU/MTYy4rX0Too/s640/blogger-image--265532628.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh6.googleusercontent.com/-tZvoK0MevSg/VPOccKsyruI/AAAAAAAAKKU/MTYy4rX0Too/s640/blogger-image--265532628.jpg"></a><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh6.googleusercontent.com/-tZvoK0MevSg/VPOccKsyruI/AAAAAAAAKKU/MTYy4rX0Too/s640/blogger-image--265532628.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a><a href="https://lh5.googleusercontent.com/-ELzTKu06zSU/VPOcdrr3T3I/AAAAAAAAKKc/aSf9ZxD5hw4/s640/blogger-image--520214402.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh5.googleusercontent.com/-ELzTKu06zSU/VPOcdrr3T3I/AAAAAAAAKKc/aSf9ZxD5hw4/s640/blogger-image--520214402.jpg"></a></div></div></div></div>Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-40957979103258805032014-12-22T17:45:00.001+01:002014-12-22T18:01:06.914+01:00ANÁLISIS DE UN FRACASO<div><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh5.googleusercontent.com/-TBKo9A17nMg/VJhMkZw_KBI/AAAAAAAAI7k/BqhlyzUFNNs/s640/blogger-image-1258184960.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh5.googleusercontent.com/-TBKo9A17nMg/VJhMkZw_KBI/AAAAAAAAI7k/BqhlyzUFNNs/s640/blogger-image-1258184960.jpg"></a></div>ANALISIS DE UN FRACASO O UN ENTRENAMIENTO: V MARATON INTERNACIONAL DE CASTELLON.</div><div>MI PRIMERA RETIRADA EN MI CUARTA MARATON.</div><div><br></div><div>Domingo 7 de diciembre de 2014.</div><div><br></div><div>EL HOMBRE DEL MAZO ME GOLPEO EN EL 31K</div><div>LA RETIRADA SE CONSUMO EN EL 37 K.</div><div>A CINCO KM DE LA GLORIA POR NO PASAR POR EL INFIERNO.</div><div><br></div><div>Se presume un día muy feliz. El maratón que llevo entrenado desde el 1 de Septiembre ha estado muy trabajado. Catorce semanas a una media de cien kilómetros por cada una no es moco de pavo. Más de diez rodajes largos de más de veinticinco kilómetros, un diez mil una media maratón, un treinta mil un treinta cinco mil y hasta un treinta y siete mil, como una maldita premonición. Más de veinte rodajes de veinte. Muchos cambios y series largas, hasta cuestas. en fin cansa demasiado desglosarlo aquí y ahora. </div><div>Las lesiones me han respetado. La rodilla mejor que nunca. Los problemas con los aquiles se reducen a molestias mínimas también superadas.</div><div>En fin, todo óptimo. Sol después de un fin de semana anterior pasado por lluvia torrencial. </div><div>El viento puede ser la única incógnita a despejar de la meteorología. Las previsiones hablan de 15-20 km/h del Noroeste.</div><div>El día D con todas sus liturgias se despierta según lo previsto. La Taza de Roca, el desayuno, la hidratación, las fotos, el café en el Hospital Provincial. Más fotos en la estatua de Ripolles según protocolo y hasta el paseíllo torero hacia la salida.</div><div>Calentamiento hacia el parque de la UJI. Soledad en medio de una multitud de gente que va enseñando carnes trabajadas a la mañana fría de Diciembre. Los africanos rodando a buen ritmo sin despojarse de sus ropajes largos, se cruzan conmigo en el carril bici, con semblantes tan serios como indiferentes. </div><div>Yo, facilidad absoluta en los gestos. Ningún dolor. Ningún cansancio. Aceleración natural a menos de cuatro para sentir el asfalto bajo mis Adidas Boston con fluidez. Calzón corto John Smith, perneras Kalenji, camiseta de tirantes del Clot sin manguitos- por olvido- Un buff de “Where is the limit” en la frente y gafas de sol oscuras de marco blanco. Un reloj en cada muñeca. El GPS Garmin X-310 en la zurda y el marcador de la hora en la derecha.</div><div>No hay ultima foto con los del club. Estoy demasiado nervioso para perder los treinta minutos de calentamiento. No me quito la camiseta blanca de encima cuando entro en el cajón sub-3, detrás de la elite. Ya me despojaré cinco minutos antes del disparo.</div><div>Canciones motivadoras, discurso del dueño del micrófono para ir centrando la mente. A la izquierda los del 10 k, a la derecha sobre el rojo pavimentado del TRAM los “maratos”.</div><div>-Todo está cumplido, Dios mío, ayúdame.</div><div><br></div><div>Pum…!</div><div>Disparo al cielo del cohete que da paso a la marabunta. La mancha multicolor de corto invade en doble carril el asfalto frío de la capital. Sol y ochos grados que apenas se sienten en los corazones de más de ciento veinte pulsaciones e increscendo.</div><div>Hay que tomar posiciones. El adelantamiento es complicado en los primeros compases. Trabados por la marea humana. Encerrados por una fila de público que acota el pasillo hacia la gloria.</div><div>Adelanto a los prácticos sub-3h, adelanto por la izquierda sin parar. Ya voy por debajo de cuatro por kilómetro. También a Sergi Ruiz, Quiko el sevillano. En fin voy lanzado. Soy perseguidor de Albert. Lo tengo a menos de cincuenta metros. Ya me freno.</div><div>Primer kilometro. Tres cuarenta y ocho. Clavado el ritmo previsto. Soy una máquina. Los del diez mil a la izquierda. Vamos en un grupeto que no está mal. Isa me saluda en la Ronda Millars.</div><div>-Vamos Damy.</div><div>-Voy muy bien- Respondo con sinceridad.</div><div>Paseo Ribalta rumbo hacia el Oeste por la acera roja del Tram y arco de meta en sentido contrario. Subimos hacia la UJI. Nos cruzamos por primera vez con el grupo volador verde africano. Es impresionante ver como cabalgan. Detrás hay perseguidores como cuentas de rosario. Oros en tierra de nadie. Albert y yo, duo en la distancia de la obsesión. Empiezo a quedarme solo con mi ritmo martilleante. </div><div>La bajada es tremenda en mi ordenador de a bordo, a pesar de lo escaso de la pendiente. La zancada se me dispara.</div><div>Marco tres treinta y bajando. Es impresionante. Pendiente favorable y viento a favor.</div><div>El diez mil se clava a tres cuarenta y cinco de media (37'30") según una voz informativa y experta del publico. Aun consigo correr con alguien, pero por poco tiempo. Un tres treinta y cinco posterior me hace quedar solo. Casado solo con el poder de mi ritmo devorador. </div><div><br></div><div>Es mi soledad en medio de los leones tragando kilómetros. Con la única referencia visual de Albert por delante. No doy tregua al reloj. </div><div>Pasamos el primer tramo complicado según lo previsto; la Avenida Casaldulch. Ya hemos atravesado en dos ocasiones la plaza de Maria Agustina. </div><div>Nos cruzamos con mi colega quirúrgico Alejandro Marin Buck. Me anima. El va inmerso en la soldadesca por detrás del globo que marca las 3h.15</div><div>Poco a poco me voy aproximando al tramo que a priori a mí más me preocupa; la Avenida del Mar de Ida y de vuelta. Se presume especialmente complicada la vuelta con el viento soplando sin piedad.</div><div>A la ida, el sol y el viento de cola me hacen marcar otro tes treinta y cinco y mantenerme por debajo de 3.45 y 3.40.</div><div>En el km 20 de la avenida del Puerto tomo mi primera bebida isotónica de la organización. Según mi reloj , menos de 37' para el segundo 10.000. El agua cada cinco o diez kilómetros ha sido también consumida en pequeños sorbos. También los geles. Muy bien tolerado todo. Sin dolor. La vuelta comienza marcada por el paso por debajo del arco de la media maratón. Una hora diecinueve. Eso significa dos horas y cuarenta minutos para la maratón completa si no pincho. Voy lanzado hacia el viento contrario. Ahora Albert delante se me acerca más debido a sus problemas con el gigante Eolo.</div><div><br></div><div>Toque de alarma. Primer kilómetro por encima de cuatro minutos. </div><div>Se esfuma de mi cabeza la posibilidad de bajar de 2.40'</div><div>Veo a Albert tambalearse o buscar acercarse a la mediana como un formula uno para optimizar la aerodinámica en contra del empuje del viento. Es inútil.</div><div>Deseo torcer a la diestra y entrar en la Avenida Columbretes en busca del kilómetro 25 pero el viento del Norte de nuevo golpea a proa. La animación del Patronato de deporte es un ruido de vigoréxicos siguiendo las órdenes de un capitán domador de un grupo cual manada de elefantes golpeando la sabana. No me animan. No me molestan. Estoy tocado pero aun no hundido. </div><div>Que decir de las muchas caras conocidas que no dejan de llevarme en volandas en medio de la cabalgada solitaria en pos de la gloria o el averno.</div><div>Pasamos por la rotonda del Tombatossals para enfilar la avenida hacia el último transcurrir por Maria Agustina.</div><div><br></div><div>Después del km 27 al girar para buscar la dirección hacia el Castalia veo a Albert parado en la calzada. Mi compañero y rival fuera de combate. No peligra su salud aparentemente por lo cual decido no parar y acelerar. Soy primero del club en estos momentos. Parece que una fuerza liberadora me lanza hacia el kilómetro treinta en el tiempo previsto. Poco más de 1h y 52' ( el tercer diez mil poco mas lento, por encima de 38'. Solamente me resta el ultimo cuarto de la carrera más entrenada del ultimo lustro. Y mantengo las pulsaciones siempre por encima de 165 y por debajo de 170. Con momentos de 162.</div><div>Por la Ronda Magdalena no doy para más gozo en mi anatomía corredora.</div><div>Nunca puedo imaginar que después del treinta me espera un enemigo tan vil como demoledor: el hombre del mazo. </div><div><br></div><div>Este mal nacido metabólico me atiza con una descarga tan brutal como invalidante. Mi ritmo cae en picado a partir del treinta y uno. No se si son mis piernas o mi cerebro. La máquina se resquebraja y el rendimiento cae al abismo de las tinieblas, donde dicen que reina el mismísimo Hades legendario. En el mismo inframundo de las sensaciones y el poder.</div><div>Se acaba el todopoderoso atleta que se pavonea marcando pasos de paseo militar sobre el circuito urbano de Castellón.</div><div>Subiendo por la Avenida Valencia hacia el 33 un ciclista amigo viene a ofrecerme de su bidón y de su soporte anímico. Es él, el mítico JB Romero:</div><div>-Va Damián que vas molt be; aguanta que tens a Albert i podeu anar-vos junts.</div><div>Como imaginar que el cadáver de mi amigo y compañero resucitaría y me sobrepasaría.</div><div>-Va Damián posat darrere. Ara es quant hi ha que correr.</div><div>-Ja ho se…</div><div>-No puc, ja m’agradaria.</div><div><br></div><div>Juro que lo intenté. Pero el ritmo de los cuatro treinta por kilómetro no lo puedo mantener. Me quedo solo a merced de mis fantasmas más implacables.</div><div>Damián Oliver Benlloch se convierte en un ser vulnerable a merced del demonio de la voluntad. Su fortaleza física y mental se diluye en los siguientes kilómetros. Por la plaza de la Paz y Puerta del Sol, camino del 35 el reo condenado a muerte discurre garrote hacia el patíbulo vil; no dejo de arrastrar mis cadenas en pos de un final interminable. Mi tercer gel no puede taponar la vía de agua. Me hundo irremisiblemente, como el Titanic después de la embestida.</div><div><br></div><div>Pasado el 35 después de recibir los ánimos de Isa, Rafa Miranda y Belen vienen la dos advertencias a modo de sentencia del gran Maestro Don Rafael Artero, Falín:</div><div>-Dónde te has metido Damián?</div><div>-A partir de ahora todo es coco…</div><div>Y vaya si lo es. Pero al revés. Tanto que la cabeza ya no piensa. Ya no analiza. </div><div><br></div><div>Soy un muñeco de trapo a merced de la acera. Cual borracho enajenado volviendo a casa después de haberlo perdido todo, hasta la casa. Sin siquiera derecho a un lecho para caerse muerto. No es querido ni en el calabozo ni siquiera en el hospital. La acera acaba siendo tu amigo más cercano y frío.</div><div><br></div><div>Mi ultima gesta es rebasar a la segunda mujer, una mujer africana de figura grande y carrera destartalada. Más pinchada que yo, acompañada de un ciclista entrenador o amigo.</div><div>Es mi ultimo estertor de muerte.</div><div>Todo esta concluido… Y la máquina se para…</div><div><br></div><div>Nadie me pasa, vuelvo a arrancar pero pensar en el final se convierte en un lastre tan monumental que mi ego muere en el acto víctima de su pasado.</div><div>-Alea iacta est! Y expiré. </div><div>Llevaba 2 h y 13' de carrera y me faltaban poco más de 5 km para meta. A poco más de 4.45"/ km los últimos 5 km hubiera bajado de 2h 47'. Pero que fácil se escribe la teoría después. Si hubiera hecho ese cálculo mental. Pero mi cabeza no estaba para matemáticas...</div><div><br></div><div>Ya en limbo de la acera y caminando fuera del circuito se me aparece un ángel de la guarda. Mi gran hermano JM. Juntos caminamos hacia la meta para recoger el equipaje y exhibir mi derrota total. Con su habitual tono sosegado y analítico no tarda en soltar su gran verdad.</div><div>- Tu no estás fet per aquesta cursa. Jo te he vist com anaves i m’el he pensat. Molt agarrotat al final, massa potente i en masa zancada avans...</div><div>Lo que nunca podía imaginar es que lejos de acabar el martirio; este solo había hecho que empezar.</div><div>Mi penitencia y escarnio publico se prolongará hasta que en la siguiente carrera demuestre que estoy preparado. </div><div>Solamente fue un error de planteamiento. Un error de calculo. Un error de ritmo.</div><div>En fin; corrí demasiado rápido al principio, para pararme demasiado rápido al final.</div><div>Sevilla será la segunda parte triunfal de esta representación en dos actos.</div><div><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh4.googleusercontent.com/-W2BatFMQEuM/VJhOUe1KTXI/AAAAAAAAI74/ec6pDX8Z0FQ/s640/blogger-image--789438106.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh4.googleusercontent.com/-W2BatFMQEuM/VJhOUe1KTXI/AAAAAAAAI74/ec6pDX8Z0FQ/s640/blogger-image--789438106.jpg"></a></div><br></div><br><div class="separator" style="clear: both;"><br></div><br><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh6.googleusercontent.com/-2ydrj5x3clw/VJhOTWu4kVI/AAAAAAAAI7w/1A8FWbVgHMA/s640/blogger-image-6604989.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh6.googleusercontent.com/-2ydrj5x3clw/VJhOTWu4kVI/AAAAAAAAI7w/1A8FWbVgHMA/s640/blogger-image-6604989.jpg"></a></div>Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-38023897352711880202014-07-29T01:00:00.000+02:002017-03-03T23:04:36.570+01:00RAMON, ESE GENIO, ESE SUFRIDOR. SERAS ETERNO DESPUES DE ESTO. ¿POR QUÉ?<div class="p1">
<span class="s1"><b>RAMON, ESE GENIO, ESE SUFRIDOR. </b></span></div>
<div class="p1">
<span class="s1"><b>SERAS ETERNO DESPUES DE ESTO.</b></span></div>
<div class="p1">
<span class="s1"><b>¿POR QUÉ?</b></span></div>
<div class="p2">
<span class="s1"><b></b></span><br></div>
<div class="p3">
<span class="s1"><b>BURRIANA- SANTIAGO DE COMPOSTELA 14-28 DE JULIO DE 2014.</b></span></div>
<div class="p4">
<span class="s1"><b></b></span><br></div>
<div class="p3">
<span class="s1">Nadie como tú Ramon Peris Granell. </span></div>
<div class="p3">
<span class="s1">Que fácil es decir: </span></div>
<div class="p3">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-W4qpl9zgLtc/U9bVbGUO9-I/AAAAAAAAGQw/hU0l7fT62Uw/s1600/IMG_4684.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/-W4qpl9zgLtc/U9bVbGUO9-I/AAAAAAAAGQw/hU0l7fT62Uw/s1600/IMG_4684.JPG" height="240" width="320"></a><span class="s1">lo conseguiré… si luego no estás ahí, al borde del abismo. Cayendo pero sin desplomarse, bordeando el precipicio. Acompañado en la soledad del corredor de fondo -muy lejos en la distancia pero tan cerca del corazón- por la familia y los amigos virtuales de las redes sociales y del club Amics del Clot.</span></div>
<div class="p3">
<span class="s1">Que grande Ramón. Nadie como tú tiene esos cojones; esa soberbia y esa humildad para someterse a un castigo tan brutal como dignificante de la especie humana. Tan necesitada de valedores de la raza como tú, campeón. </span></div>
<div class="p3">
<span class="s1">Tu trofeo no está en los libros, ni siquiera se ha inventado. Lo acabas de parir con dolor.</span></div>
<div class="p3">
<span class="s1">Tu cruzada es contra ti mismo… contra el dolor… contra la indiferencia…contra lo fácil…contra lo cómodo… contra lo terrenal… contra el sufrimiento… contra lo mortal… contra lo efímero.</span></div>
<div class="p3">
<span class="s1">Tu no corres por la Gloria, ni el poder, ni la efeméride, ni la vanidad, ni el reconocimiento. Tu corres por mucho más. Tu corres buscando a Dios.</span></div>
<div class="p3">
<span class="s1">Que grande en tu miseria Ramón. Porque todos somos miserables mortales; aunque de vez en cuando esos mortales hacen gestas que elevan su espíritu al nivel de Dios.</span></div>
<div class="p3">
<span class="s1">Tu ejemplo, tenacidad, constancia, esfuerzo, abnegación y desprendimiento me conmueven; Ramón. </span></div>
<div class="p3">
<span class="s1">Creía conocerte un poco. Cuan equivocado estaba. Ni de lejos podía imaginarme que podías ser tan grande.</span></div>
<div class="p3">
<span class="s1">Lo que has hecho, como lo has hecho y porque lo has hecho me ha demostrado que apenas te conocía.</span></div>
<div class="p3">
<span class="s1">Ahora, después de esta hazaña creo conocerte ya un poco, aunque solo un poco. No me atrevo a decir que me aproxime a pensar si quiera aproximarme en tu altitud de miras ni en tu profundidad espiritual. </span></div>
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<div class="p3">
<span class="s1">Para mí ahora sí que eres el “<i>Nostre Senyor “ </i>de entre los hombres de hoy.</span></div>
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-jOfzc2IImbc/U9bUcyPJ5WI/AAAAAAAAGQA/0MaTDm_l5l0/s1600/IMG_0409.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"></a><a href="http://3.bp.blogspot.com/-oqYxozaLohI/U9bVJVtyG7I/AAAAAAAAGQo/A4SHe8V811o/s1600/IMG_0306.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-oqYxozaLohI/U9bVJVtyG7I/AAAAAAAAGQo/A4SHe8V811o/s1600/IMG_0306.jpg" height="320" width="240"></a><br>
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<a href="https://4.bp.blogspot.com/-jOfzc2IImbc/U9bUcyPJ5WI/AAAAAAAAGQA/0MaTDm_l5l0/s1600/IMG_0409.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"></a><a href="http://2.bp.blogspot.com/-U9tbk97JGfs/U9bU_g1zAzI/AAAAAAAAGQg/bO5hTz5IVw4/s1600/IMG_4683.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-U9tbk97JGfs/U9bU_g1zAzI/AAAAAAAAGQg/bO5hTz5IVw4/s1600/IMG_4683.JPG" height="240" width="320"></a><a href="https://4.bp.blogspot.com/-jOfzc2IImbc/U9bUcyPJ5WI/AAAAAAAAGQA/0MaTDm_l5l0/s1600/IMG_0409.JPG" imageanchor="1"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-jOfzc2IImbc/U9bUcyPJ5WI/AAAAAAAAGQA/0MaTDm_l5l0/s1600/IMG_0409.JPG" height="320" width="180"></a><a href="http://4.bp.blogspot.com/-AtRT10dXMQQ/U9bUqURIK9I/AAAAAAAAGQQ/8JVfXiKdzDE/s1600/IMG_0444.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-AtRT10dXMQQ/U9bUqURIK9I/AAAAAAAAGQQ/8JVfXiKdzDE/s1600/IMG_0444.JPG" height="180" width="320"></a><a href="http://3.bp.blogspot.com/-Jtz-EbkcjkQ/U9bUkPl9FCI/AAAAAAAAGQI/VtVZcRVr-_g/s1600/IMG_0443.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-Jtz-EbkcjkQ/U9bUkPl9FCI/AAAAAAAAGQI/VtVZcRVr-_g/s1600/IMG_0443.JPG" height="180" width="320"></a></div>
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<a href="http://1.bp.blogspot.com/-3TgRGmj98UY/U9bUvrOR86I/AAAAAAAAGQY/1wUMkg5CgtE/s1600/IMG_4806.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/-3TgRGmj98UY/U9bUvrOR86I/AAAAAAAAGQY/1wUMkg5CgtE/s1600/IMG_4806.JPG" height="180" width="320"></a></div>
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<!-- Blogger automated replacement: "https://images-blogger-opensocial.googleusercontent.com/gadgets/proxy?url=http%3A%2F%2F4.bp.blogspot.com%2F-jOfzc2IImbc%2FU9bUcyPJ5WI%2FAAAAAAAAGQA%2F0MaTDm_l5l0%2Fs1600%2FIMG_0409.JPG&container=blogger&gadget=a&rewriteMime=image%2F*" with "https://4.bp.blogspot.com/-jOfzc2IImbc/U9bUcyPJ5WI/AAAAAAAAGQA/0MaTDm_l5l0/s1600/IMG_0409.JPG" -->Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-16307167651578481332014-03-22T23:06:00.001+01:002014-03-22T23:06:10.761+01:00REFLEXIONES SOBRE LA MARATÓN DE BARCELONA. Domingo 16 de Marzo de 2014.<div><br></div><div><br></div><div>Volver a la rutina del entrenamiento atlético, después de año y medio; cuesta y mucho.</div><div>Si no lo haces desde Agosto de 2012, un poco mas.</div><div>No es lo mismo ir picoteando actividad física de tu agrado durante la semana y algún exceso leve el fin de semana, que meterse de lleno en la disciplina de series, rodajes, cambios y acondicionamiento físico. Entre otras cosas porque la rodilla derecha no me permite grandes alegrías. </div><div>Si un día le doy un poco de barandel; por la noche, o al día siguiente toda ilusión de seguir se desvanece en forma de dolor e incapacidad funcional. Ese dolor insidioso, sordo que te lleva a evitar la carrera o la bipedestación mantenida e incluso la flexión. Por qué no decirlo, menuda putada para un machaca de primer nivel que para colmo es Capricornio.</div><div>Es verdad que mi vida está estructurada para entrenar. Si no lo hago parece que el rendimiento intelectual y social baja de forma exponencial; la mala leche y mi productividad como padre y marido ejemplar desciende a grandes rasgos.</div><div>Pero mi rodilla derecha -al igual que les sucede a muchos de mis pacientes añosos de la consulta traumatológica HP- parece que me está llevando hacia un grado de depresión existencial que no es para nada recomendable en un varón de cuarenta y cinco años. Sin horizontes de futuro más allá de la rutina y la mediocridad.</div><div><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh6.googleusercontent.com/-VUhe0Qv3DK4/Uy4JRcf-h-I/AAAAAAAAE8w/pPAFGATaTQM/s640/blogger-image-1462794098.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh6.googleusercontent.com/-VUhe0Qv3DK4/Uy4JRcf-h-I/AAAAAAAAE8w/pPAFGATaTQM/s640/blogger-image-1462794098.jpg"></a></div>El tema de vivir sin correr no acabo de asumirlo. La vida deportiva a pedales tampoco quiere instalarse de momento aún, a pesar de la compra de una bici de segunda mano de carbono.</div><div>Los paseos intensivos, aunque los entrené en verano; los veo para un largo plazo jubiloso de ocaso existencial. </div><div>Y de repente ocurrió. Comprendí un buen día que mi entesitis rotuliana no es una lesión lo suficientemente grave para retirarme.</div><div>Sabía por la teoría que la electrólisis intratisular percutánea está muy indicada en este tipo de patología y así decidí ponerme en manos de Ramón Peris. Después de varias sesiones me animó a entrar en dinámica de comenzar en la rutina del entrenamiento.</div><div>Ya no habían excusas. Decidimos hacer sólo series largas como máxima exigencia.</div><div>Y vaya si me costó. Con dolor, con momentos de tener que parar, andar en medio de la noche y cruzarme con caras del pasado. Mucha comida de tarro pero siempre hacia delante. Lo que no te mata dicen que te hace más fuerte.<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-QBlofMGXJvk/Uy4JI9Ft4gI/AAAAAAAAE8g/rDWj2-Jlf9g/s640/blogger-image-626628126.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-QBlofMGXJvk/Uy4JI9Ft4gI/AAAAAAAAE8g/rDWj2-Jlf9g/s640/blogger-image-626628126.jpg"></a></div></div><div>Me acuerdo los primeros cambios que intenté por el carril bici hacia Almazora, más allá de los 4.30" por km y vaya si costaba. No entraba en tiempo ni forzando la máquina.</div><div>Mis primeras series largas de cuatro mil. Vaya esfuerzo titánico para no hundirme en la miseria mental del esfuerzo estéril.</div><div>Pero soy duro de pelar y una noche sentí de repente que el poder me estaba volviendo. Tenía ganas de mandarle un mensaje a mi físio para decirle que sí, que el dolor de las sesiones con las agujas electrificadas tenía sentido.</div><div>Una noche, comprendí que estaba volviendo. El coche, ya veterano por el uso, estaba recuperando ritmo.</div><div>Lo peor es esa sensación de fórmula uno rodando por los circuitos con velocidad punta de cien. Sabiendo que el mismo vehículo lo has puesto a trescientos un par de años atrás. El mismo coche con dos marchas menos es bastante tedioso.</div><div>Y al fin y a la postre; como decía mi viejo jefe el Dr. Martí, todo está en mi cabeza.</div><div>Días de molestia, noches de despertarme de madrugada con dolor y cada vez los rodajes más ligeros y las series a mejores tiempos. Hasta que una tarde comencé a bajar de cuatro en las largas y hacer cambios en los rodajes largos, para aproximarme a 3.40". Ya en los miles gusté del acelerador y me atreví con el pedal a fondo para bajar de 3 minutos en los últimos 50 metros.</div><div>Aquel final de 15 km a 4.20" para rematar una recta de avenida espléndida, me hizo comprender que los deberes estaban haciéndose bastante bien.</div><div>Y llegué a la última semana. Once semanas después.</div><div>Hay que seguir atendiendo a enfermos en la consulta y en el quirófano con lo que supone de dolor de cabeza, preocupación y desgaste físico y mental. Hay que seguir ayudando en casa, atender a los niños y la familia. Esta maratón puede que agote más que la verdadera.</div><div>Nunca llegué a los 100 km, máximo 95 km en 5 sesiones.</div><div>Casi como Sebastian Coe; uno de los mejores mediofondistas de la historia del atletismo mundial, que presumía de no exceder de 80 km semanales en sus entrenamientos de carga.</div><div>Conviene no lesionarse o todo el trabajo del presente 2014 puede venirse al traste.</div><div>Vuelven los dolores en la unión rotula-tendón de mi rodilla derecha. Hago unas últimas series de mil, en cantidad de seis, cinco días antes. Son mis primeros y últimos miles antes de la prueba.</div><div>Rozo el riesgo pero lo supero.</div><div>Días de descanso incluidos. Llegamos por fin al viernes 14 de marzo.</div><div>El viaje en el tren con toda la familia y las maletas.</div><div>Nos plantamos en Barcelona. Esta vez no como Martinez Soria, ni de Rodriguez ante el peligro de la gran ciudad.</div><div>En el barrio del Born. Precioso el ambiente y la sensación de costumbrismo bohemio que desprenden las calles estrechas y viejas tanto como la Barcelona medieval.</div><div>Junto a la catedral del Mar de la novela de Ildefonso Falcones; en el mismo Paseig del Born la tienda de ultramarinos "Tot al Born" nos sirve para abastecernos de todo tipo de alimento para subsistir durante nuestra estancia en la ciudad Condal.</div><div>La mañana del sábado amanece soleada y fresca, con esa temperatura propia del final del invierno y principio de la primavera.</div><div>Las ocho y media es una hora más que buena para probar in situ las sensaciones de correr sobre el asfalto de la capital que será coronada al día siguiente con la disputa de la prueba de Filípides. Va a traer a fondistas del resto del país, del continente, e incluso de fuera del mismo. Humanos maratonianos de la esfera terráquea. Para constituirse- según las recientes estadísticas especializadas- en una de las cinco maratones más prestigiosas del mundo.</div><div>Las piernas van solas y sin quererlo se ponen a rular a ritmo de la prueba, por debajo de los 4.15" por kilómetro. Aunque la rodilla derecha molesta como si de una cascarrabias se tratara, pude disfrutar de agradables vistas del Port Vell y de la playa de Barcelona, cruzándome con gran cantidad de corredores que también calientan motores y sueltan tensiones para el día siguiente.</div><div>Me faltó un lugar guapo para estirar, que hubiera sido junto a un parque, el mar o la terraza de los apartamentos, pero quizás las prisas y el deber de padre de familia y jefe de expedición, me privó de uno de los placeres, más gratos del corredor que ya ha cumplido con el trabajo duro y se dedica a saborear las endorfinas generadas, tensando los músculos en posturas agradables bajo el astro sol que acaricia las carnes prietas y esbeltas del guerrero antes de la batalla.</div><div>El zoo, la feria del corredor, el metro, el Camp Nou por fuera y el pateo por las ramblas con Damián consumen nuestro tiempo. Terminó el día antes con un té roibos en la terraza iluminada de arriba de los apartamentos frente a la luz lejana de las Torres de la Catedral del Mar.</div><div><br></div><div>Llego el día D por fin. La cuenta atrás ha concluido.</div><div>Desayuno de obligación para llenar el buche de carbohidratos forzados. La primera defecación, vestido ya con el chandal del club al metro donde los humanos solemos ir en manada para llegar a los mismos lugares a la misma hora. </div><div>Carnes ya añejas curtidas por horas de entrenamiento y ropajes coloridos para ceñir las figuras de muy distintos pelajes y niveles.</div><div>Poco glamour, escasa vanidad, ausencia de ego, nula celebridad. Mucho currante aderezado por marcas de Running de más de cien euros en los pies.</div><div>Pintas de pieles más secas que tersas y bronceadas más que pálidas. Poco guapo, poca colonia. Poca fama, mucha viajero de otros lares urbanos de calado mundial. Prendas algo ridículas para los demasiados años de sus poseedores. En busca del elixir de la eterna permanencia en los ruedos populares de la competencia atlética.</div><div>Un par de princesas de la noche que flirtean con el lado oscuro del inframundo, casi tambaleando se al bajar las escaleras del suburbano. Todavía presas de los efectos de brebajes enolicos consumidos en distintos antros de perdición a precios desproporcionados. </div><div>Señores y señoras normales atrapados por la marea de maratonianos que se dirigen a la Plaza España para enjaularse en una salida tan masificada como jerarquizada por el poder de sus piernas contra el cronómetro.</div><div>Buscar la Guardarropía para dejar la mochila ya desprendido del chandal para templar los cuádriceps bajo el frescor de la mañana. </div><div>Son casi las ocho menos diez.</div><div>Segundo apretón de la mañana. Hay que soltar lastre como sea. Las colas frente a los Wc químicos prefabricados son de más de cien personas y otros tantos cientos de metros.</div><div>El hombre primitivo busca la montaña de Montjuit para abonar sus tierras con la materia de sus entrañas.</div><div>Escaleras y más escaleras junto al palacio de la vieja exposición mundial del siglo diecinueve.</div><div>Contra corriente. Buscando los matorrales adecuados para la privacidad y la huida de las visiones indiscretas.</div><div>Y la solté, en poco menos de diez segundos. Ya estaba el trabajo sucio. </div><div>Ahora sólo me tengo que preocupar de calentar y ubicarme en la salida para mentalizarme de que aquello ya no tiene más escapatoria que correr como un cobarde durante más de cuarenta y dos kilómetros si no quiero morir como un valiente. Dicen que los cementerios están llenos.</div><div>Demasiado tarde para huir. Demasiado temprano para escapar de mis miedos.</div><div>Aunque dicen los que el verdadero mérito del maratoniano es llegar hasta salida, lo demás ya se hace por inercia.</div><div>Salimos andando. El mogollón no te da otra opción. Al cruzar el arco azul de Zurich y pisar la alfombra se activa el chip y aprieto el cronometro del GPS Garmin de mi muñeca derecha.</div><div>Ligero descenso y giro a la izquierda por la calle de La Creu Coberta, bordeando la fuente del centro de la rotonda de la Plaza España.</div><div>No voy rápido. Tampoco me dejan. La multitud es inmensa. No se si hay más gente dentro de la valla corriendo o por fuera mirando.</div><div>Primer km; cuatro minutos y veinte segundos. Lento. Comienzo a acelerar. Poco a poco me acerco a los cuatro minutos por kilometro.</div><div>Los prácticos de las tres horas se han escapado. Llevan grabado en una bandera amarrada a la espalda el tercer dígito y dos ceros.</div><div>Ya los cogeré. Es mi objetivo. Las tres horas. </div><div>Ascenso tendido y sigo por el margen izquierdo para poder adelantar. Mi ritmo es cercano a los cuatro minutos. Cinco kilómetros de carrera. Las libélulas aladas siguen delante.</div><div>Camp Nou y otra vez para arriba por Joan XXIII hasta la Diagonal.</div><div>Avda de Sarria y descenso para buscar la Estación de Sanz. El ritmo es de tres treinta por momentos. Brutal.</div><div>No hay rastros de Marta entre la multitud de la calle Tarragona. Cuarenta y un minutos de carrera.</div><div>No es hasta La Gran Via de Les Corts Catalanes cuando doy caza a mi obsesión. Pero son varios los que marcan las tres horas. Los tengo que pasar a todos. Esquizofrenia total. Algunos corren cincuenta metros por delante. Vaya misterio. Quien es el de verdad. Quien de ellos cruzará la meta en tres horas justas.</div><div>Después del kilómetro quince los he pasado a todos. </div><div>Paseig de Gracia tambien pica arriba, dirección hacia el monte del Tibidabo.</div><div>Voy cascado pero bien. Rodillas perfectas. Sol y calor. Gorra naranja con la visera hacia atrás por la ligera brisa contraria en las previas avenidas favorables. El cordón negro tocándome las narices. Ya entiendo porque se buscaba gorra nueva para el club.</div><div>Templo de la Sagrada Familia, tuerzo el cuello hacia la izquierda para mirar las torres de Gaudí. Es un homenaje escaso pero sentido al genio. El sol ya esta muy alto</div><div>Primer punto complicado. La Avenida Meridiana. Ida y vuelta. Los sub 2.45 se nos cruzan de frente. Van estirados. Nada que ver con el pelotón que peleamos por las tres horas. Es un batallón sin fin.</div><div>Ya he pillado al tipo que creo me va a guiar. Camiseta verde de tirantes . Musculatura de trabajo y fibra buena. Paso firme y buen control de la pisada.</div><div>Rambla de Prim. Ya han caído 25 km. El hombre del mazo aun no me ha golpeado.</div><div>El ritmo es uniforme- desde los 4.08 hasta los 4.14 por km.</div><div>Sigo bebiendo en cada avituallamiento. Hasta powerade. Ese brebaje azul de la organización que parece más para motores que para estómagos. Hay muchas perdidas por el calor. </div><div>Yo voy a gusto, pero las alianzas son inestables y muy cambiantes los compañeros de viaje. Delante hay un payaso chillón que va sobrado y no para de gritar y decir animaladas. Hasta nos enseña el culo. Creo que está sentenciado. La maratón te mata en silencio, no te digo como te pongas a gritar. Muerte súbita.</div><div>Segundo punto complicado en el mapa; Diagonal hasta Glorias ida y vuelta, desde el 26 hasta el km 31.</div><div>Discurso y folclore independentista incluido en el billete del viaje. Bailarinas que deben estar buenas, no tengo tiempo ni de recrearme.</div><div>Corredores variopintos. Hasta un sexagenario que corre más</div><div>con la mente y los brazos que puede con las piernas. El ritmo lo está consumiendo a fuego lento. Va a entrar en el territorio de Hades y no le queda mucho.</div><div>Los zombies están preparando su aparición. La transformación se producirá camino del mar. El sol castiga hacia el mediterráneo hacia la Avenida Litoral. Mi próximo objetivo mental son las torres gemelas que ya diviso en el horizonte al sudeste.</div><div>Giro a la diestra y enfilamos la calle Marina. Es el 35. Aquí empieza mi verdadera carrera o puede que termine si se ensaña conmigo el hombre del mazo. </div><div>Pero no, voy bien. Los cadáveres ya están en la cuneta. Problemas musculares, calambres y demás afecciones de los mortales. Pero yo hoy soy sobre o inhumano. No hay dolor. </div><div>Solamente la cadera derecha se manifiesta herida en su cara anterior por una molestia inguinal que me deja correr pero con dolor, ya desde el km 20. Las escaleras de Montjuit creo que son culpables.</div><div>Paseig de Pujades hacia el 36. Allí esta la familia. Me animan.</div><div>-Como vas? Voy bastante bien.</div><div>Arco del triunfo. En multitud. Triunfal pero casi en reserva. Puede ser la entrada al infierno. </div><div>Plaza Cataluña hasta la Catedral. Un espontáneo de Burriana me anima y corre a mi lado. Es como los aficionados en un puerto del Tour. Aquí no hay rampas. Solamente se avecina la montaña mental del km 40.<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-HoOXP4VrIDI/Uy4JPtni2KI/AAAAAAAAE8o/KqFI7Xt89ec/s640/blogger-image-497064732.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-HoOXP4VrIDI/Uy4JPtni2KI/AAAAAAAAE8o/KqFI7Xt89ec/s640/blogger-image-497064732.jpg"></a></div></div><div>En la vía Laietana ,camino del 39, me entra un bajón. El único superviviente de las tres horas, con la alas desplegadas, me da caza. Por un momento doy por bueno acabar sin más. Mentalmente me rindo ante la posibilidad de hacerlo en más de 3 horas.</div><div>Hay un chaval experimentado que se mete a nuestro lado en bici y como psicólogo lanza proclamas del estilo:</div><div>- Ahora viene lo que habéis estado entrenando con tantas ganas. No hay que quedarse ahí.Hay que salir para acabar con buen hacer. Hay que echar de oficio y bemoles para no hundirse. El precipicio esta tan cerca. Te puedes asomar para verlo, pero cuidado.No hay que caer.</div><div>Giro a la diestra para entrar en Paseig de Colón. </div><div>Isa y Damy me dan ánimos. Se han marcado un carrerón para poder estar allí y volver a animarme.</div><div>Hasta la estatua del marino universal voy contemporizador, pero al girar de nuevo hacia la diestra y enfilar la Avenida del Paralelo mi mente acaricia la posibilidad de cambiar. Acelerar y cazar al cazador. Los ojos del Tigre se oyen en megafonía. No puedo fallar. La sexta esta disponible y la voy a utilizar. Consigo adelantar a la presa. </div><div>El último kilómetro siempre es un estímulo, mucho más cuando llevas 41 en tus piernas.</div><div><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-82F0d-KCry4/Uy4JSpeSSII/AAAAAAAAE84/-6QOx9g5A-Q/s640/blogger-image-525876912.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-82F0d-KCry4/Uy4JSpeSSII/AAAAAAAAE84/-6QOx9g5A-Q/s640/blogger-image-525876912.jpg"></a></div>Giro a la izquierda por la Plaza España y la meta al Fondo galopando por la Avenida de Maria Cristina. </div><div>Por primera vez en mis tres maratones , siento algo especial.</div><div>He conseguido el objetivo. Me ha costado. Lo he sufrido pero lo disfruto mas que si hubiera hecho plusmarca personal. Todo está en el coco.</div><div>Paro después de cruzar la meta en 2.58. Puedo andar. La cojera de la cadera derecha es evidente pero no invalidante. Ahora ya podría hasta pedir la silla de ruedas o la camilla.</div><div>Lo que vino después, pues ya se sabe, dolor y cansancio hasta meterme en la cama. Aunque aún menos de lo esperado.</div><div>Así es esta prueba. Te vuelve a matar pero tu te empeñas en resucitar y al final, a fe que lo consigues.</div><div> </div>Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-4958217932589039412013-06-18T23:55:00.001+02:002013-06-18T23:55:00.225+02:00EL NIÑO QUE PERDIO SU PASE DE FUTBOL.<div><br></div><div><br></div><div>Érase una vez un niño que le apasionaba el fútbol. </div><div>Después de “papá” y “mamá” sus primeros sonidos inteligibles fueron “barça”. Curiosamente ninguno de sus padres fue aficionado nunca de ese club futbolístico.</div><div>Su padre, que es muy deportista y corre por caminos y montañas, lo hizo socio de un club amarillo que vivía cerca de su casa, al pueblo de al lado.</div><div>Con el paso de los años ese niño que radiaba sus partidos imaginarios en voz alta delante del ordenador de su padre, se puso a jugar en el colegio al deporte que amaba.</div><div>Empezó escondiéndose de la pelota en los diferentes campos de juego, aunque con su padre y su tío luchaba lo indecible.</div><div>Con los años comenzó a jugar sin esconderse en el medio campo. Daba buenos pases a sus compañeros de equipo, que además eran compañeros de clase y sus amigos.</div><div>Comenzó a asistir a ese campo de verde tapete, que con los años se estaba convirtiendo en la madriguera del buen fútbol. Se sentaba con su padre en los asientos altos de la gradería. Llegaba casi una hora antes del partido para ver salir a los jugadores amarillos y disfrutar hasta de su calentamiento.</div><div><span style="-webkit-tap-highlight-color: rgba(26, 26, 26, 0.292969); -webkit-composition-fill-color: rgba(175, 192, 227, 0.230469); -webkit-composition-frame-color: rgba(77, 128, 180, 0.230469); ">reales.</span><div class="separator" style="-webkit-tap-highlight-color: rgba(26, 26, 26, 0.292969); -webkit-composition-fill-color: rgba(175, 192, 227, 0.230469); -webkit-composition-frame-color: rgba(77, 128, 180, 0.230469); clear: both; "><a href="https://lh4.googleusercontent.com/-lRK4pQHRHzw/UcDXKZY6uDI/AAAAAAAACNw/n-hxFYoSO1Q/s640/blogger-image-1619099741.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; "><img border="0" src="https://lh4.googleusercontent.com/-lRK4pQHRHzw/UcDXKZY6uDI/AAAAAAAACNw/n-hxFYoSO1Q/s640/blogger-image-1619099741.jpg"></a><div class="separator" style="clear: both; "><br></div></div></div><div>Comenzó a aprenderse de memoria el nombre de los futbolistas amarillos. Los admiraba y aprendía de cada pase, de cada movimiento.</div><div>Tanto le gustaban que ya no quiso saber nada de ese club blau-grana que desde pequeño admiraba. Hasta los objetos que le regalaron por su primera comunión con esos colores, los abandonó en el fondo de un armario. Solo quería su bufanda, camiseta y gorra amarillas.</div><div>Sus amigos seguían siendo de ese equipo que decía ser más que un club pero su padre le enseñó que lo que estaba haciendo ese pequeño club amarillo tenía muchísimo más mérito.</div><div>Tan bien lo hacían sus futbolistas como los que mandaban, que con poco dinero y una escuela con muchos niños y de forma modélica, sabían comprar y vender con cabeza y sin ostentación.</div><div>Con los años una profunda crisis asoló el país del fútbol. No se pudieron hacer apenas fichajes y para que el campo siguiera lleno de gente a uno que mandaba muy listo, se le ocurrió regalar pases a los niños de la provincia que practicaban fútbol. Eso sí, no podían fallar más de cuatro veces si no perderían el pase.</div><div><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh4.googleusercontent.com/-_pML_YtDLm0/UcDXMSOWxzI/AAAAAAAACN4/W2ZiZP5EsnM/s640/blogger-image--698441933.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh4.googleusercontent.com/-_pML_YtDLm0/UcDXMSOWxzI/AAAAAAAACN4/W2ZiZP5EsnM/s640/blogger-image--698441933.jpg"></a></div><br></div><div>El padre y el niño ya tenían sus abonos de forofos pagados con su dinero para esa nueva temporada cuando recibieron el regalo del club amarillo: dos pases más.</div><div>El niño prefirió sus nuevas localidades, para estar sentado con sus amigos.</div><div>Y comenzó la liga, y llegó el invierno con el frío y la lluvia. Los partidos de entre semana a partir de las nueve de la noche. El niño no quiso perderse ni uno. Seguía estudiando y entrenando más que nunca porque sabía que si sacaba malas notas su padre se podría enfadar y no llevarlo. Hasta el padre tenía que cambiar la guardia para poder asistir a todos los partidos y así no perder el regalo de estar su hijo con sus amigos viendo a los jugadores amarillos que tanto admiraba.</div><div>Pero las cartas de la vida a veces aparecen cambiadas, y la mala fortuna hizo que el padre, en uno de los partidos, con las prisas y el agobio de gente, se equivocara de pase y sacara de la cartera, donde estaban todos juntos la entrada que tenía el mismo nombre del niño. Pero no era el de regalo, era el otro pase. Ponía “cadete” en vez de “fútbol base”.</div><div>A partir de ahí cuatro veces más entró con el pase equivocado.</div><div>Claro, las máquinas solo saben leer. No tienen ojos, porque si no hubiesen visto que padre e hijo no dejaron de asistir a ninguno de los partidos. </div><div>Para el club había fallado en cuatro ocasiones. Lo suficiente para cancelar el pase del niño, no el de su padre que entró siempre con el correcto para las máquinas.</div><div>Cuando del club al que pertenecía el niño, le comunicaron al padre la decisión de cancelarle el pase, el padre no daba crédito. No podía entenderlo. Si no habían fallado ni un solo partido. Ni siquiera la noche del Poli Ejido.</div><div>-Debe ser un fallo de las maquinas- pensó, para tranquilizarse. </div><div>Días más tarde reordenándose la cartera se le hizo la luz y comprendió cual había sido su error. Rápidamente llamó al delegado del club para que lo hablara con el presidente. Estaba claro que lo iban a entender.</div><div>Pero no iba a ser tan fácil.</div><div>La administrativa encargada del club amarillo tenía órdenes de arriba de no atender a razones.</div><div>El padre, que se dedicaba a curar huesos, dejó su hospital para presentarse en la casa amarilla personalmente. Era un asunto lo suficientemente importante para su hijo como para solucionarlo personalmente.</div><div>Allí en la casa amarilla se presentó el padre. No tenía cita. Le atendió una simpática mujer que miraba con cara de lastima y de resignación al pobre padre que se había dejado su trabajo para tratar de solucionar su error.</div><div>Y es que la semana anterior en un partido muy importante de liga europea la entrada de su hijo invalidada se la habían vendido ya a otro señor. Y tuvo el padre que cederle el asiento. No debía volver a suceder, porque ahora venía el club azulgrana y eso traería muchísima gente al campo amarillo.</div><div>Hasta en dos ocasiones tuvo que llorar allí en la puerta del club amarillo, pero nadie importante le vio. Su llanto no tenía consuelo en su alma </div><div>Por casualidad, pasó por allí un antiguo conocido del padre que trabajaba en la casa amarilla y le explicó el caso.</div><div>Todos lo entendían pero nadie podía solucionarlo.</div><div>Y al final, el niño que tanto gustaba ver con sus amigos, a los futbolistas amarillos, en la madriguera del buen fútbol; se tuvo que ir a su antiguo asiento de pago con su padre, sin sus amigos.</div><div>Su padre le dijo que tuviera fe y creyera en los milagros.</div><div>¿Y es que acaso la casa amarilla no es un milagro?</div><div><br></div><div><br></div><div> Damian Oliver Benlloch.</div><div><br></div><div>Este cuento está basado en hechos <br></div>Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-40988416746264587692013-06-18T15:45:00.001+02:002013-06-19T08:23:49.113+02:00PINCELADAS DE SEMANOLOGÍA<div><br></div><div>Aquí estamos otro día más. Sentados en la mesa de la Cafetería del hospital.</div><div>Mesa de Sabios de la vida.</div><div>Son ya las ocho de la mañana. Demasiado tarde para dormir. Muy temprano para trabajar. Ideal para soltar la sin hueso frente a un café de la barra del bar. </div><div>Ni los hielos, ni la leche lo exoneran de su sabor.</div><div><a href="https://lh6.googleusercontent.com/-WAIHlY2H4KU/UcBkX2WaGqI/AAAAAAAACNI/o2YXbn5qkks/s640/blogger-image-833245243.jpg" imageanchor="1" style="-webkit-tap-highlight-color: rgba(26, 26, 26, 0.296875); -webkit-composition-fill-color: rgba(175, 192, 227, 0.230469); -webkit-composition-frame-color: rgba(77, 128, 180, 0.230469); margin-left: 1em; margin-right: 1em; "><img border="0" src="https://lh6.googleusercontent.com/-WAIHlY2H4KU/UcBkX2WaGqI/AAAAAAAACNI/o2YXbn5qkks/s640/blogger-image-833245243.jpg"></a></div><div>Oscuro como el veneno más tiznado. Cicuta dice Ximo; experto en la bioquímica y funcionamiento del cuerpo humano.</div><div> Alfonso le da vueltas con la cucharilla para ver si mejora sus propiedades. Pero no, sigue siendo insufrible. Castigador. Omnipresente catalizador del protocolario encuentro de la especie humana.</div><div>Un servidor desparrama su aceite de sobre virgen extra sobre la tostada zapatera ante la atenta mirada del grupo.</div><div>Liturgia de batas blancas. El gueto frente a la Sabana de la vida y sus especies.</div><div>Hay que tomarse la dosis justa para seguir comentando los días. </div><div>La cuenta atrás ha comenzado. El tiempo con su compás inexorable no da tregua.</div><div>- Ya es lunes. Por fin es lunes. Que gustazo madrugar para matar el ocio insano con el trabajo venial de cada día. Sin sudor en la frente, con la perra cada vez más chica. Nos comemos las migajas de pan que nos dejan los herederos del Rico Epulón.</div><div>- Martes, ya va decayendo la semana.</div><div>- Ya es miércoles, parece que la cuesta abajo nos lleva al vértigo de la caída libre.</div><div>- Jueves, ya se nos va la semana en contra de nuestra voluntad.</div><div>- Que aciago es el viernes. Ya no nos veremos hasta el lunes.</div><div><br></div><div>Miradas de soslayo. Risas tontas ante el cristal que lo envuelve todo. La luz quiere entrar con el calor, pero el frío acondicionado no la deja pasar.</div><div>-¿Cómo está hoy la jungla? </div><div>Las ropas van haciendo su recorte particular con el avance de las calendas de Mayo, para mostrar la nobleza percherona. En el Serengueti cualquier excusa es buena para torcer el cuello y cruzar la mirada en gesto depredador de macho ibérico sutil ante el impala desguarnecido. </div><div><br></div><div>Lengüetazo inconsciente Oliveriano que se relame. Sonrisa cómplice Navarra. Resoplido argumentado del Berro. Mirada enigmática de Tello. Ximo maneja el tempo y su compás. Complicidad enteléquica de Lara. Don Enersto sube la temperatura del gallinero futbolístico y nos introduce en el infra mundo de las pasiones . ¿Alguien da más? Claro. El emprendedor por antonomasia; Manolo Climent. No bajes la guardia o caerás en su negocio. </div><div>Todo es turbio como el café de Rafa, el camarero afortunado, feliz y realizado en su trabajo. Como sus pasos de condena hacia el cadalso de la barra. El reo mira al suelo resignado en su marcha cadenciosa revestida de uniforme Luis Marza.</div><div>Ya estamos todos, Pepe Moles y Medina aportan su evanescencia intermitente de su ausencia no programada.</div><div>Enrique nos recuerda y le esperamos en su corta ausencia.</div><div>Donde está el Xerif. Ha colgado su chapa y el cuchillo. Ya no dispara palabras encadenadas para monopolizar la mesa. Se ha ido a la reserva. La tercera fase.</div><div>Ahora descabezados nos sujetarnos la testa con ambas manos para no perder el sino de la justicia, la ley y el orden. ¿Donde está el rumbo? Seguimos navegando hacia ninguna parte.</div><div>Desorientados tomamos otro sorbo del brebaje que poco a poco, gota a gota; nos lleva hacia el sinsentido del todo o nada. Hacia la tumba. Hacia el júbilo dichoso de la jubilación.</div><div>Día a día, semana a semana... Inexorablemente.</div><div>Sorbo a sorbo.</div><div> </div><div>Damián Oliver. </div><div>Escrito en un aciago día viernes del Señor 14 de Junio de 2013.</div><div><div class="separator" style="clear: both;"><br></div><br></div><br><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh4.googleusercontent.com/-Z6QXlga7gDA/UcFOclQQq2I/AAAAAAAACOk/7E-9XuW_M-g/s640/blogger-image--430170538.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh4.googleusercontent.com/-Z6QXlga7gDA/UcFOclQQq2I/AAAAAAAACOk/7E-9XuW_M-g/s640/blogger-image--430170538.jpg"></a></div>Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-60523778144923633092013-06-18T13:09:00.001+02:002013-06-18T13:09:45.623+02:00Discurso Jubilación Don Eduardo Martí.<div><br></div><div><br></div><div><br></div><div><br></div><div><img src="webkit-fake-url://A7701F02-75CA-443C-9BBF-99986D8D38D1/imagepng" style="-webkit-tap-highlight-color: rgba(26, 26, 26, 0.296875); -webkit-composition-fill-color: rgba(175, 192, 227, 0.230469); -webkit-composition-frame-color: rgba(77, 128, 180, 0.230469); "></div><div><span style="-webkit-tap-highlight-color: rgba(26, 26, 26, 0.296875); -webkit-composition-fill-color: rgba(175, 192, 227, 0.230469); -webkit-composition-frame-color: rgba(77, 128, 180, 0.230469); ">Estimado Don Eduardo :</span></div><div>Cuantos ratos que hemos compartido en estos últimos más de 10 años!</div><div>Cuantos momentos ha compartido en estos últimos más de treinta!</div><div>No hace mucho, y ya van para doce años cuando vine aquí después de cruzar la frontera del Ebro y abandonar tierras catalanas, aquel cercano Agosto del 2001.</div><div>Venía de una formación dictatorial. De una larga residencia MIR forjado en la más estricta disciplina para aterrizar en este, nuestro querido y peculiar hospital. Ahí estaba usted, con don Enrique Uzqueda; amos y señores del cotarro traumatológico Hp. </div><div>Ahora que vamos intimando, permítame que le tutee.</div><div>Cercano, campechano , valenciano de Xátiva, socarrat. Con ese acento amigo y de conversación afable. Supe enseguida que más que un jefe ibas a ser un colega.</div><div>Don Eduardo, Eduardo para los amigos, jefe para muy pocos. Tertuliano del café de la mañana en la mesa de los sabios. Siempre antes de las ocho.</div><div>Porte de actor de cine en blanco y negro. Errol Flynn parecías.</div><div>Detective en París con tu gabardina color hueso. Hasta te detuvieron por error ... y es que tu apariencia de espía cinematográfico levantaría sospechas hasta para la Interpol.</div><div>Francófono de ideología. Seguidor y admirador de la cirugía ortopédica francesa.</div><div>Coleccionista de la Enciclopedie medico quirúrgica. Asiduo anual de París, hasta el punto de la casi doble nacionalidad.</div><div>Fiel hasta la jubilación a Ceraver y Link. Monseur Ximel y los hermanos Gálvez.</div><div>Compañero y amigo de mesa de grandes maestros internacionales de la ortopedia como:</div><div>Rafael Orozco, Cabanela, García Cimbrelos, Antonio Murcia, Agustin Blanco, Simon Campos, Palacios Carvajal, Monseur Blancar, Gutalie y Robert Judet.</div><div>Amante de la buena compañía, del buen comer y del mejor vino.</div><div><img border="0" src="https://lh6.googleusercontent.com/-DLl4hufoaFY/UcA_8XIERjI/AAAAAAAACLQ/YmwjksVvtRU/s640/blogger-image--560645166.jpg" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-tap-highlight-color: rgba(26, 26, 26, 0.292969); -webkit-composition-fill-color: rgba(175, 192, 227, 0.230469); -webkit-composition-frame-color: rgba(77, 128, 180, 0.230469); "></div><div>Cuantos viernes hemos compartido mesa en restaurantes de Castellón acabando con el profesor Broch chapurreando francés etílico.</div><div>Cuantas historias de tus urgencias hospitalarias Hp color sepia a ritmo de campana y tapete.</div><div>- A mi edad sexagenaria, que me queda sino son estos momentos y una agradable compañía. Solías decirnos.</div><div>De andares característicos por tu avanzada gonartrosis, mucho más patológica que la de muchos pacientes que operaste. Te gustaba presumir de ello.</div><div>De discurso prolijo, de ideas encadenadas hasta casi ritmo de tocata y fuga daliniana. Jovial como pocos hasta que la preocupación del paciente complejo te nublaba el entendimiento y la obsesión por resolverlo te llevaba a tratar de arreglarlo en el quirófano.</div><div>De bisturí veloz. Asombroso a veces, como aquella amputación del quinto radio de la mano en cinco minutos o una liberación del nervio cubital en tres minutos y sin tijera, a punta de bisturí.</div><div>Curiosamente algún bromista del servicio te ha comparado con Manostijeras. </div><div>El gesto de pericia y virtuosimo con la tijera para la meniscectomía y sección del ligamento cruzado posterior quedará en nuestro recuerdo imborrable.</div><div>De práctica resoluta en la consulta.</div><div>La historia clínica escrita solamente un trámite, un obstáculo para tratar de explicar al paciente lo evidente.</div><div><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh6.googleusercontent.com/-3WpqdUfNMoQ/UcA_9__y86I/AAAAAAAACLY/p30D0TOECZI/s640/blogger-image--953249801.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh6.googleusercontent.com/-3WpqdUfNMoQ/UcA_9__y86I/AAAAAAAACLY/p30D0TOECZI/s640/blogger-image--953249801.jpg"></a></div><br></div><div>Eludiste las ínterconsultas por decreto. Acababas la consulta antes que el horario previsto, y eso que los veías dos veces. Visita y radiografía. Eso sí, nunca fue el número lo prioritario. Más bien pocas y escogidas, que para eso eras el jefe. </div><div>Ojo clínico envidiable para derivar a donde corresponda. Laboral, a su mutua; raquis al general, infantil a la Fe.</div><div>De pocos rodeos con el enfermo, directo con tus incondicionales.</div><div>No era lo tuyo la escritura. La literatura solamente para la lectura de la historia de España y Universal en La Paz del hogar.</div><div><br></div><div><br><div class="separator" style="clear: both;"><br></div></div><div>Químico de comienzo, médico de circunstancias, traumatólogo de ejecución.</div><div>Anti político de discurso, quizás político de vocación. </div><div>Políticos. Los conocías y los sufrías desde el odio más visceral hasta el abrazo del padrino. No era tu especialidad en la consulta tratarlos, sobre todo si venían recomendados de dirección.</div><div>Sindicalista por accidente. La mutua nunca fue tu casa. Si lo fue el Hospital. </div><div>Venías de tus problemas con el mundo. Te desahogabas con nosotros y ya estabas mejor, poco a poco. Aunque ya nos supiéramos de memoria tus cuitas con los vecinos por repetición, un mantra que te ayudaba a sanar. </div><div>No necesitabas psicólogos. Nos tenias a nosotros. Éramos tu confesor. La confianza máxima hacía que, como un matrimonio, no hubieran secretos entre nosotros.</div><div>Éramos un equipo. En el quirófano seis u ocho manos sincronizadas. Fuera un equipazo.</div><div>Tus frases célebres siempre repetiremos:</div><div>-Al revés te las calces amigo Garcés.</div><div>-En casa tengo un libro que lo pone.</div><div>-Tiene derramé, estaba indicada.</div><div>-Esta peor que la Rx, mucho mejor que la mía </div><div>-No hemos venido a luchar contra los elementos.</div><div>-Tota pedra fa pared.</div><div>-Es lo que me pide.</div><div>-Ya se está relajando</div><div>-Me la habéis puesto como Fernando VII</div><div>-Me arriesgare. </div><div>-Quina carnicería!</div><div>-No le quitemos al señor lo que traía de casa.</div><div>-Traía varo, pues valgo. Valgo, pues varo. </div><div>-El cemento hará el resto.</div><div>-No se la acabará.</div><div>Las nuevas tecnologías llegaron tarde para ti, pero no tardaste en subirte al carro, hasta utilizar el ordenador más que el despacho.</div><div>Comenzaste como "Edupiscinas @" organizando el congreso mejor gestionado en lo económico de toda la historia de la SOTOCAV y acabaste abriendo perfil en el Facebook para mostrarte al mundo, lanzando proclamas políticas contra la clase gobernante ante la actual coyuntura compleja de crisis y recortes sociales y sanitarios tan injustos como imposibles.</div><div>No he sido tan breve como te hubiera gustado. Te pido Perdón por ello don Eduardo.</div><div>Y tranquilo jefe, que lo de la conferencia de la Sindone ya está olvidado.</div><div>Don Eduardo; siempre estarás con nosotros. Y con tus pacientes, siempre te recordaremos.</div><div>Atentamente.</div><div>Castellón, 10 de Mayo de 2013.</div>Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-82159786199651493422012-12-11T20:49:00.001+01:002012-12-11T20:52:27.172+01:00DESDE LA ACERA Y A PEDALESCRONICA DESDE LA ACERA Y A PEDALES.<br />
<br />
Lo primero que tengo que recordar, a los que no me conoceis, es que una inoportuna lesión de rodilla me ha impedido lidiar la batalla de la Maratón y contarla desde el asfalto, así que me he permitido la licencia de hacerlo desde la acera y a pedales.<br />
Aunque para ser sincero, mi objetivo de este año era luchar por la Maratón de Valencia y tratar de atacar el record del club.<br />
No me imaginaba que iba a ver lo que vi, por eso me hace ilusión contarlo.<br />
<br />
Ocho y cinco de la mañana. Cafetería del Hospital Provincial. Llego a lomos de Akila, mi potro de aluminio Azul y negro.<br />
La misma Nela que me sirve a diario el primer cortado de la mañana me lo sirvió tarde, poco antes de ir a hacer la primera foto oficial del Amics del Clot ante la estatua Hechicera de Ripolles. Tarde, porque estuve saludando a la peña Clotera y me llevé la primera sorpresa del día. Estaba yo mucho más eufórico que vosotros.<br />
Sí, acojonados estabais todos tomando un brebaje que quería sacaros del abismo. Esa bebida euforizante que gusta tanto al ser humano y más al corredor, avalado por los muchos y variados estudios y escritos de consumo universitario y quiosquero.<br />
Y me hizo pensar.<br />
-Jo!, yo aun estaría más acojonado que ellos.<br />
Yo, que me tomaba lo del correr tan en serio que me molestaban hasta las fotos para no perder ni un segundo el rictus de concentración ante el cronómetro.<br />
Pero hoy, los papeles están cambiados. Yo voy a ser el pesado de la camarita y de las palabras fáciles, que nada tienen de complicado si se dicen a menos de cien pulsaciones y no a más de ciento sesenta.<br />
Iba a ser… porque al final tire la camarita al carajo, pero ya os contaré.<br />
Yo, que visitaba a Roca hasta dos veces antes de una gran cita, y a veces me veía obligado a abonar los campos de las montañas previo al pistoletazo; estaba tranquilo. <br />
Yo, que me he sentido más indispuesto ante una carrera que ante el mismísimo examen de oposición MIR; estaba tranquilo.<br />
<br />
Ocho y quince. Foto oficial. Repetida por enésima vez, porque siempre faltaban cloteros que se incorporaban. Me recordó la aventura de los payasos, donde Fofo y Miliki eran fotógrafos de Gaby, y antes del disparo siempre llamaban al timbre, hasta que al final, después de sucesivas interrupciones, aparecieron sobrinos, primos y hasta la abuela.<br />
<br />
Ocho y veinte. El pelotón de corredores se encarama hacia el patíbulo de salida.<br />
Sí, parecíais los reos condenados a muerte. Cabizbajos y a paso lento, cargados de recuerdos de vuestro entrenamiento reciente. Cuantas horas, cuantas noches, cuanto frio, cuanto sol y hasta lluvia, cuantos madrugones, cuantas comidas a medias, cuanta siestas sacrificadas, cuanto sudor, cuánto dolor, cuanto cansancio…Todos hacia la ejecución de salida.<br />
<br />
<br />
<br />
Y me acordé de mi primera Maratón, antes de la salida. Me acordé de la gran congoja y el puñado de nervios que me acompañaban. Desde fuera no se entiende ni se comparte.<br />
El que mira y aplaude de la calle, no tiene ni puta idea de por qué esos locos van en manada un domingo por la mañana temprano; desafiando el frío con tirantes y pantalón corto. Sin ganar nada más que un palizón de sudor y de pago. Eso sí, por desgracia los tienen que sufrir en sus casas. Por eso van a apoyarlos en su locura. Todos están contagiados. Y no es un virus. Es una plaga.<br />
Yo, tengo ganas de bromear y nadie me sigue. Nadie bromea ante el martirio, o esta vez ¿será la gloria?<br />
<br />
Ocho treinta. Allí, sobre la acera, enfrente del puente de la UJI, se sueltan los primeros nervios en forma de trotes desenfadados, ligeros de ropaje, a pesar de que el frío de la mañana de Diciembre pone las orejas tiesas, enrojece la nariz y hace escocer los brazos y piernas desnudas.<br />
Seis grados Celcius marca el termómetro.<br />
Los fotógrafos profesionales ya están por allí y muestran sus acreditaciones orgullosos. Jorge Romero está entre ellos.<br />
Fotos y video. Pancarta de Amics del Clot. Ultimas palabras de los familiares valientes que arropan al reo hasta la plaza de ejecución.<br />
<br />
Los africanos de enjutas carnes negras van a otro ritmo. Calientan con calma pero con frío, sin exhibiciones. Tienen más de cuarenta kilómetros para exhibirse. Con rostros gélidos más que de susto, se resguardan de los simpáticos blancos que les quieren sacar una sonrisa y de paso una foto. Pero ellos no son de aquí. Su reino no es de este mundo. Corren para ganar, pero sin acritud. Porque así lo quiso Dios, eso no va con ellos. Los laureles son para otra raza.<br />
<br />
Ocho cuarenta y cinco. El micrófono de ambiente recuerda a los corredores que vayan entrando a sus cajones. Hay que tener cojones- con perdón- para meter a dos mil tíos, en compartimentos estanque, siguiendo las reglas del juego.<br />
<br />
Ocho cincuenta. Se piden aplausos para los corredores, que apenas saben aplaudir, porque allí están para que los aplaudan.<br />
Se pide aplausos al público, que está allí de casualidad o por obligación y tampoco están para que un señor desde la autoridad que confiere un micrófono, les obligue a aplaudir para calentar el frio.<br />
<br />
Ocho cincuenta y cinco. Suena carros de fuego.<br />
El que está a lo que está debería sentir escalofríos. Yo como estoy allí de mirón no siento nada.<br />
<br />
Las nueve. El pistolero y alcalde Bataller apunta al cielo. Pum…<br />
Y la miríada de corredores empezáis a correr como cuando abren las puertas del manicomio. O las puertas de las rebajas de los grandes almacenes en Enero.<br />
<br />
Libres por fin. Se acabaron los nervios, las prisas, el mal fario y comenzáis a sentir el asfalto desnudo bajo vuestras zapatillas de cien euros.<br />
<br />
Para mi empieza el otro complicado viaje sobre las dos ruedas. Hacerme sitio entre el tráfico, los espectadores, las aceras y los organizadores para rodar en equilibrio a ritmo de paseo ciclista.<br />
<br />
Kilometro uno. Ni lo veo ni lo siento. Voy por el asfalto de los corredores. En busca de camisetas blanquinaranjas.<br />
Procuro no atropellar a los atletas ni que ellos se me echen encima. Ahora la euforia de los corredores es muy superior a la mía.<br />
Me siento como elefante en una cacharrería.<br />
Os veo, vais en grupetos. Serenos. Tranquilos, hablando poco. Corriendo bien, sin prisa. Tan separados en el asfalto como son las aspiraciones en el reloj. Vais tiñendo la ciudad a cuadros naranja.<br />
<br />
Kilometro trece. Nadie ha llegado. Soy el primero. He callejeado de forma tramposa y me he situado aquí.<br />
Voy a intentar hacer mi reportaje fotográfico. ¡Cagada!<br />
Primer error. La elección de la cámara. Escogí una compacta ligerita, que hacía tiempo que no utilizaba y la cagué.<br />
Veo por el frente la embestida africana en punta de flecha. Se dirigen, rodeando a un pobre blanco, con cara de estar mal acompañado, a poco más de tres minutos por kilómetro. Un ritmo que no mata a muy pocos. Todos vuelan hacia mi objetivo fotográfico.<br />
¡Flash!, foto. Agua… quiero decir asfalto. Yo juraría que habían pasado. Cuando me doy cuenta ya han girado la rotonda y me dejan otra oportunidad. ¡Flash!… El sol me la quema.<br />
Y así me doy cuenta -cuando ya he disparado hasta para cazar al mítico Martin Fiz- que el lugar no es el apropiado ni yo soy fotógrafo.<br />
Espero a los Cloteros. Albert…<br />
-Che, ¡que te furtaran la bici! Me espeta con certeza al ver tan lujosa máquina aparcada en la acera, a más de diez metros de mí.<br />
La pancarta de 2.45 que estuvo conmigo hasta la obsesión casi toda la carrera pasada no la veo, o ¿no existe este año?<br />
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Alguien me saluda con modestia y lo veo deslizarse con su enjuta figura de blanco medicina sobre el asfalto, cerca de la mediana de la ronda. Es Pep Moles. Ya no me acordaba de él. Siempre tan humilde…<br />
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Miguel Ángel…Pancarta de tres horas. David, Ramón Peris. No hacen cara de ir de copas. El tándem Rafa y Guillem. Sincronización perfecta. Rictus profesional.<br />
Adrian, Vicent Borja. La veteranía y el saber estar al poder. El grupeto de Olalla, Toni y Rufino, Domingo, Paco Nebot, José Luis, Recátala, Manolo, Pedro, Vicent Martí, Ramón Castillo, Oscar, Pepe, El Presi, Manolo Ríos, Juanlu, Salva Tello y tantos otros que ahora me dejo en el tintero y que guardo en mis retinas. Gente que veo vestida del Clot y no sé ni que existen y ahí están, dando la cara con honor.<br />
Seguro que habrán participado mucho más que yo este año de las salidas domingueras.<br />
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Kilometro quince. Después de mi experiencia desastrosa con las fotos decido hacer lo que mejor se hacer, correr. Y de paso darle un poco al palique.<br />
Como reportero de guerra me muevo entre la tropa y los cadáveres. Eso sí, sin cámara ni grabadora. Solo mi retina enfoca para luego contar esto que os digo.<br />
Manolo Vidal -camino del quince- me da conversación, o yo a él. El, a cinco cuarenta y cinco por kilómetro, yo en paralelo a la sombra de los edificios sin coches.<br />
Camino del Grau, unos cuantos de la tropa han desfilado por el 16. Tomo la mediana del TRAM y unos Nacionales me recomiendan que no pise el asfalto de los corredores. Veo al Boti, a Peiracho y a otro biker de Burriana y me voy con ellos.<br />
Albert ya viene de vuelta más allá del 22.<br />
-Estic trencat. Su ritmo ya no es asesino. El pinchazo y el martirio hasta meta no ha hecho más que comenzar. Herido de muerte le hago una foto.<br />
El tándem Rafa- Guillem no pierde aceite.<br />
Miguel Angel consigue distanciar a las tres horas. La persecución no tiene tregua.<br />
El león no tiene ganas de rugir. Ramón Peris pone cara de penitente insurrecto hacia el comienzo del cambio metabólico. Engullidos ambos por los aspirantes a sub-tres.<br />
<br />
En dirección hacia la ciudad, los legionarios de las 3.30 rugen en silencio detrás del pulso firme y el paso marcial de un gran guerrero, Jose Alberto.<br />
Mi saludo al cielo proclamando su nombre es de clamor por la cara de felicidad que muestra el héroe del Clot, ante cuya sola evocación toda rodilla se doble.<br />
<br />
Cambio de registro y de sentido. Sigo a Salva Tello. Su ritmo es más sabrosón:<br />
-No tens, Nolotil, Ibuprofeno o réflex.¡ Bon metge eres tú! Me suelta con sorna y socarronería.<br />
-Ya te buscaré alguna chicona pa que te pegue dos flitaetes a on tu li digues. Respondo para mis adentros.<br />
El presi, Oscar Marco, Pepe y más; siguen separados del cartel de las 4 horas con solvencia. Manolo Muñoz me saluda con desvío de la trayectoria recta del paseo del Grao para evacuar aguas menores y así equilibrar la homeostasis de la maquinaria.<br />
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Media maraton. La vuelta a Castellón después de la Mitad de la carrera se presume algo más dura que la bajada. El sol sigue brillando para regocijo del calvario que aun no ha comenzado para muchos. El hombre del mazo duerme agazapado para salir un poco más adelante entre las calles de la ciudad despierta de Domingo.<br />
Es el tramo más crítico. Donde Manolo Vidal vuelve a aparecer a mi lado.<br />
-No puc menjar res. Me lo dice con un plátano sin pelar en una mano y una botella de líquido en cada mano. O tiene tres manos o repite con una. Curiosa la imagen.<br />
Más curioso resulta el comentario al cruzar la rotonda del Tombatossals y tener que escuchar de una señora de mediana edad decir a un niño supuesto familiar suyo:<br />
-Mira eixe home ja es molt major. Refiriéndose al jabato de Manolo, que está hecho un chaval; rivalizando en fuerza con el gigante de hierro que dejamos atrás con la roca en todo lo alto.<br />
No sé si se ríe más el o yo. El, porqué se da cuenta de que no es un chavalín, y yo por la inoportunidad de la sentencia para un gladiador que se está batiendo en el asfalto con gente mucho más joven y también más mayor.<br />
Veo sufridores del Clot con la pancarta a cuadros cerca de Maria Agustina. Es un “deja vu” o “el día de la marmota”. <br />
¿Cuantas veces diría yo que hemos pasado por un sitio parecido?<br />
Camino del muro. Antes del treinta y tres, Olalla marcha arropada por los hermanos Fernandez, a buen paso. Solapado a ellos un veterano de A quatre pelat me saluda. Es Paco el incombustible. El marido de mi ex enfermera de consultas Espe. Más de cincuenta y cinco primaveras sobre su columna lumbar atornillada con doble barra de acero. Merito por su trayectoria y heroicidad o inconsciencia, por su acto de desobediencia civil mantenida a su cirujano.Volvio a correr hace años en contra de su prohibición absoluta.<br />
Con Vicent Martí ya me confesado antes y le doy la absolución para que muera en paz. O eso creo.<br />
José Luis bracea sin dificultad pero lleva metido el cuello como una avestruz, huyendo del peligro de minas que va a cruzar, camino del treinta y seis.<br />
A Paco Nebot le molestan hasta los calcetines, o unas medias tipo tubilast que son como las medilast, pero de crisis.<br />
La cara de satisfacción está por encima del campo del terror, donde abundan los muertos vivientes, plantando cara al tío del mazo que está aupado en el muro. Viéndonos llegar.<br />
Yo trato de mirar al asfalto y a los lados para ver si hay levantada una pared, pero no, no la veo. En bicicleta los muros tienen otro nombre, creo que les llaman puertos y no hay veleros.<br />
<br />
El final.Creo que me quedan los tres kilómetros finales. Ya no pillo a los primeros, que se han tomado la primera cerveza a su salud. Tampoco a los galgos del club. <br />
Me he entretenido demasiado.<br />
Los últimos kilómetros los dejo para la gloria efímera de los finishers. No quiero contaminar el paisaje con las ruedas que no pintan nada ante tanto esfuerzo pedestre.<br />
Dejo la calle libre a los fotógrafos para tomar las instantáneas más logradas del concurso.<br />
En el enrejado de Ribalta os veo sudorosos y con toallas, y no son de playa.<br />
El león David jura que nunca más. Creo recordar que fue lo primero que dijo el año pasado Albert después de correr en dos cuarenta.<br />
También me suena a mí la frase cuando acabé pajeado en Valencia hace más de 2 años, después de ir sonámbulo durante los últimos 7 kilómetros y parar el reloj en dos cuarenta y ocho.<br />
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Felicitaciones y whasApps a punta pala, pero yo creo que me he merecido un buen pincho de tortilla. A vuestra salud me lo sirvió Nela en la cafetería del Provincial. Esta vez sin prisa, pero sin pausa no sea que se me junte con la paella. Lo que va davant… va davant.<br />
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PD: Desayunando el lunes he podido felicitar a mi compañero el Doctor Pep Moles que a la chita callando a puesto en evidencia a nuestro fisiólogo de cabecera. Le pronosticó cuatro horas y ha bajado por cuarta vez de las tres horas. Dos cincuenta y cinco a los cincuenta y pico no está nada mal. Y además es primo de Rafa Usó y alcriero de cuna.<br />
Muchas felicidades a todos los Amics del Clot, y en particular a los heroes de la batalla, por haber acabado entre dos y cuatro horas una carrera tan mítica. <br />
Si además habeis acabado de leer esta parrafada ya os podéis acostar a gusto.<br />
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FDO: Damián Oliver Benlloch.<br />
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Burriana, 10 de Diciembre del año del señor de Dos mil doce.<br />
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<br/><br/><div class="separator"style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://lh4.googleusercontent.com/-HaB31irQVDM/UMeO9aULCEI/AAAAAAAAAq0/_KU6fNqQdfc/s640/blogger-image-961917936.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh4.googleusercontent.com/-HaB31irQVDM/UMeO9aULCEI/AAAAAAAAAq0/_KU6fNqQdfc/s640/blogger-image-961917936.jpg" /></a></div>Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-79828989858212427572012-08-23T22:43:00.001+02:002012-08-23T22:43:57.928+02:00La forja de un campeón.Un día muy importante para un padre es contemplar como uno de tus hijos se coloca en la senda que tu has seguido desde muy joven.<br />
Un día en el que el comienzo del camino parece verse de repente con suma claridad.<br />
En una carrera infantil de verano como es la Volta al Clot.<br />
Coger de la mano a tu hijo de cinco años para guiarlo hacia el recorrido de la prueba, antes de dar comienzo la competición, es un gustazo que solamente se puede sentir si eres Padre.<br />
Yo se que esa tarde calurosa de agosto, diecinueve para mas señas del corriente año de 2012, quedará en mi memoria como un rito iniciativo hacia el atletismo de mi hijo Quique.<br />
Lo que sucedió en la carrera fue bueno, muy bueno.Con final feliz. Sin trofeo pero con gran esperanza. Las formas fueron de gran corredor, de buen estratega, de mejor finalizador.<br />
Esa zancada final sobre el asfalto de un cuerpecito tan pequeño como esforzado me iluminó para pensar que van a ser muchas más las tardes de gloria.<br />
Solamente es un gran presagio... pero de un gran ojeador.<br />
Al tiempo...<div class="separator"style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-1HYYVWJnFqk/UDaVyB1QtLI/AAAAAAAAAqA/Ljrtkb2GGrE/s640/blogger-image--105034327.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-1HYYVWJnFqk/UDaVyB1QtLI/AAAAAAAAAqA/Ljrtkb2GGrE/s640/blogger-image--105034327.jpg" /></a></div><div class="separator"style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://lh4.googleusercontent.com/-ow0oul3V4gg/UDaWAxcKuYI/AAAAAAAAAqI/WFMDZMWafAk/s640/blogger-image-1564764402.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh4.googleusercontent.com/-ow0oul3V4gg/UDaWAxcKuYI/AAAAAAAAAqI/WFMDZMWafAk/s640/blogger-image-1564764402.jpg" /></a></div>Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-24921185903534905682012-08-16T13:23:00.001+02:002013-06-18T17:04:11.012+02:00Gonalgia y maratonLos años pasan y con ellos los kilómetros. El corredor de a pie no cede en su huida hacia ninguna parte.<br>
Mientras las articulaciones se resienten. Quieren reivindicar su derecho a huelga. Su dueño es cabezón y se empeña en darle machaquito.<br>
En la mente más metas, más glorias efímeras. Otro maratón; el de Valencia en Noviembre. Posiblemente el de París en Abril.<br>
Sin pedir permiso a mis rodillas que se resienten.<br>
El plan de machaque ya ha comenzado con el tórrido calor de agosto. <br>
Empieza suave, pero con el caer de las hojas se irán incrementando las cargas kilométricas y las intensidades en los ritmos, las repeticiones y los sufrimientos del invierno, acrecentados por el frío y la falta de luz.<br>
Y todo esto, para qué? Para demostrarme que sigo existiendo, que sigo luchando. <br>
Que puedo sentir un poquito de dolor y algo de sufrimiento del paciente sin consuelo que acude a mi para mojarle sus labios en las puertas del infierno.<br>
El tiempo dictara sentencia, mientras sigo corriendo y sigue doliendo.<br>
"A partir de los cuarenta no correrás sin dolor"- dicen los sabios populares del asfalto. Razón llevan, pero...hasta cuando?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-Y1-7i5pOYdM/UC0WmN3pAuI/AAAAAAAAAps/hyPjnpDxZtA/s640/blogger-image--1757524908.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh3.googleusercontent.com/-Y1-7i5pOYdM/UC0WmN3pAuI/AAAAAAAAAps/hyPjnpDxZtA/s640/blogger-image--1757524908.jpg"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://lh5.googleusercontent.com/-nL_W-D6hRnk/UC0UUGI_6bI/AAAAAAAAApk/bt9Id8RHTbw/s640/blogger-image-888737878.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh5.googleusercontent.com/-nL_W-D6hRnk/UC0UUGI_6bI/AAAAAAAAApk/bt9Id8RHTbw/s640/blogger-image-888737878.jpg"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br></div><br><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://lh6.googleusercontent.com/-NvFxFCU0IjI/UcB2TimzISI/AAAAAAAACNY/qh9TfYdWLiY/s640/blogger-image--1668375497.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://lh6.googleusercontent.com/-NvFxFCU0IjI/UcB2TimzISI/AAAAAAAACNY/qh9TfYdWLiY/s640/blogger-image--1668375497.jpg"></a></div><br><div class="separator" style="clear: both;"><br></div>Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0Burriana Burriana39.888798 -0.094483tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-23188467920520792422012-06-15T23:23:00.002+02:002013-06-20T18:31:56.489+02:00Tarde o temprano.Estoy aquí... Tarde o temprano volveré.<br>
Tengo pocas noticias que contar. Más bien parece que la vida sigue su marcha implacable hacia la madurez, no hay opción de parar. Poca de mirar hacia atrás. El camino se hace estrecho. Cada vez caben menos en la senda. Algunos se cansan, otros enferman. Otros cambian de dirección. Otros ya no sé...<br>
Y mientrás la sabia joven crece inagotable hacia el sol luminoso de la existencia incierta. <br>
<br>
<br>Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-68539701222914837122011-09-02T23:23:00.003+02:002013-06-18T22:51:02.645+02:00Les fonts de Eslida. Un triunfo esperado y deseado<div style="text-align: center;">
<br></div><a href="http://1.bp.blogspot.com/-3eDdgk-0ux8/TmFJ9RpkEcI/AAAAAAAAAnY/UvD51i0zlu0/s1600/IMG_9921.JPG" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 128px; height: 85px;" src="http://1.bp.blogspot.com/-3eDdgk-0ux8/TmFJ9RpkEcI/AAAAAAAAAnY/UvD51i0zlu0/s320/IMG_9921.JPG" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5647876724757893570"></a>
<br><p class="MsoNormal"><v:shapetype id="_x0000_t136" coordsize="21600,21600" spt="136" adj="10800" path="m@7,l@8,m@5,21600l@6,21600e"> <v:formulas> <v:f eqn="sum #0 0 10800"> <v:f eqn="prod #0 2 1"> <v:f eqn="sum 21600 0 @1"> <v:f eqn="sum 0 0 @2"> <v:f eqn="sum 21600 0 @3"> <v:f eqn="if @0 @3 0"> <v:f eqn="if @0 21600 @1"> <v:f eqn="if @0 0 @2"> <v:f eqn="if @0 @4 21600"> <v:f eqn="mid @5 @6"> <v:f eqn="mid @8 @5"> <v:f eqn="mid @7 @8"> <v:f eqn="mid @6 @7"> <v:f eqn="sum @6 0 @5"> </v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:formulas> <v:path textpathok="t" connecttype="custom" connectlocs="@9,0;@10,10800;@11,21600;@12,10800" connectangles="270,180,90,0"> <v:textpath fitshape="t"> <v:handles> <v:h position="#0,bottomRight" xrange="6629,14971"> </v:h></v:handles> <o:lock ext="edit" text="t" shapetype="t"> </o:lock></v:textpath></v:path></v:shapetype><v:shape id="_x0000_i1025" type="#_x0000_t136" style="width:424.5pt; height:21pt" fillcolor="#06c" strokecolor="#9cf" strokeweight="1.5pt"> <v:shadow color="#900"> <v:textpath style="font-family:"Impact";v-text-kern:t" trim="t" fitpath="t" string="Les fonts de Eslida un triunfo esperado, deseado y anunciado."> </v:textpath></v:shadow></v:shape></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif";color:red;background:yellow;mso-highlight:yellow">Sábado 13 de Agosto de 2011.</span><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%; font-family:"Arial","sans-serif";color:red"><o:p></o:p></span></p><img src="http://1.bp.blogspot.com/-ZTukycO7UUc/TmFKTVJ8yyI/AAAAAAAAAng/K2dF-ng6rjc/s320/IMG_9918.JPG" style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 128px; height: 85px;" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5647877103656160034"><p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%; font-family: Arial, sans-serif; background-image: initial; background-attachment: initial; background-origin: initial; background-clip: initial; background-color: yellow; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; "><span class="Apple-style-span">LES FONTS DE ESLIDA. UN TRIUNFO ESPERADO Y DESEADO.</span></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Es mi primera participación y ya van por la quinta edición. Volta a Les Fonts de Eslida. Carrera de montaña de perfil corto y corredor.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Para el aficionado poco experto, correr en rampas de ladera montañosa que superan con gran facilidad y reiteración el cuarenta por ciento es poco más que una utopía y se convierte en un obstáculo técnico insalvable o una imposibilidad física y biomecánica que no plantea más opción que andar en lugar de correr.<span> </span>¿Podemos seguir llamando a la prueba “ corredora” ?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Distancia “corta”, 15 kilómetros. Medias de menos de cinco por kilómetro. Comparada con otras pruebas de la misma modalidad de montaña; rotundamente sí.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">El mundo de las sensaciones es un universo demasiado privado y personal para exponer aquí, aunque me voy a esforzar en dar algunas pinceladas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Deseo voraz de años de evolución. Territorio muchas veces explorado y entorno sobradamente conocido desde mi infancia.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Fecha complicada por lo retrasado en la temporada. Fuera de mi periodo de competición en muchos años previos. Mucho calor y ganas de hacer algo más corto o diferente, sobre todo cuando en temporadas anteriores he participado en dos carreras largas, maratón y MIM que han costado muchos meses y demasiados kilómetros de preparación que supone otras tantas horas de desgaste físico y mental.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Este año al renunciar a las dos largas y el haber estado lesionado casi un mes en el mes de mayo, estando al menos dos meses sin competir; me ha posibilitado el plantearme poder llegar.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Renunciar a las carreras cortas de asfalto de verano no me ha costado ningún esfuerzo. Cada vez me gustan menos, a pesar de que el mes de Julio no fue caluroso y sí especialmente lluvioso.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">El otro gran obstáculo mental y de trabajo fue el preparar como organizador<span> </span>la X Volta al Clot de Burriana.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Han sido muchas horas de reuniones, teléfono y ordenador. Mucho estrés y otros tantos sinsabores, luchando contra el reloj de forma lenta y en solitario. Es justo lo que menos me ha gustado de mis vacaciones de verano. Estropeadas por tal motivo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">En este contexto decidí una mañana pagar los doce euros en Evassion Running de Castellón.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Los entrenamientos debían seguir. Después del gran momento de forma montañero que demostré en el Bartolo, un mes antes; debía solo mantenerme. Así lo hice.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Aunque mantener un motor de tantos caballos significa salir a rodar por rampas que tienden a superar la mitad de la vertical<span> </span>dos o tres veces por semana y planear por asfalto a menos de cuatro treinta.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Sin series, pero con castigo físico evidente. Mentalmente no es tan duro como en otras ocasiones. Al revés, disfrute por las sendas como una cabra ibérica.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Dos semanas después del fin de vacaciones. Guardias localizadas a días alternos. El día previo a la organización de la volta al Clot.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">En fin, demasiados obstáculos para triunfar. Sin embargo el premio lo tenía asegurado. Una escapada por mis montañas queridas. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">El día en cuestión comienza a las seis de la mañana. La vecina del rellano va al trabajo. Es sábado 13 de agosto. El día es bueno.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">En Eslida son ya poco más de las siete y diez cuando aparco el Pathfinder en la calle de arriba del Bar Paquita. Café en la barra. El ritual sigue con la segunda defecación pre-competicional para soltar lastre. Ya estoy limpio. El GPS no funciona. Tendré que correr guiado por el crono pelado sin más. Ni pulsaciones ni distancian i velocidad. Solamente sensaciones.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Creo que me conozco el terreno demasiado. Hasta el tiempo que voy a hacer. Bajar de una hora doce. He mirado el tiempo que hizo Miguel Mateo el año pasado y le he restado el pico para el minuto.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif""><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Me coloco bastante delante. Hay muchos galgos . No sé si soy digno de avanzar<span> </span>tantas posiciones. No me acabo de creer que vaya a funcionar mejor que esas carrocerías tan jóvenes y bien conformadas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Cohete de salida. La liebre galgo por excelencia<span> </span>sale desbocada. Toma la delantera sin oposición. Es Vicente Calvo del Mur i Castell de laVall. Lleva acoplada al cráneo una gorra blanca de Kalenji para marcar bien la cabeza de la prueba. Va a por el record de la prueba. No tiene oposición. Corre en otra liga.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Los mortales formamos un grupeto perseguidor. Duplas, Ebri, otro del Mur i Castell y otro galgo corredor conmigo; somos un quinteto de mucha dureza y experiencia.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Yo estreno equipaje nuevo a cuadros blanqui-naranja de Amics del Clot combinado con las nuevas mallas cortas y el logo de la Torre del Mar en la espalda. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Asfalto callejero dentro de Eslida, plaza del Bar Nou, descenso entre calles estrechas que van a conducir a una pista asfaltada con las marcas amarillas y blancas del recorrido. Siempre favorable. Voy detrás de los jefes del grupo, en tercera <span> </span>y cuarta posición <span> </span>de carrera.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Senda a la diestra que se mete de lleno en la montaña. Ladera empinada de dificultad moderada y pendiente exagerada. Zig zagueando para eludir la vertical. Tomo la cabeza del grupo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Persigo a Calvo. Hasta le recorto terreno. Es una locura. En fila de a uno. Los espectadores encima, <span> </span>desde arriba y el fotógrafo inmortalizando el momento.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">A la salida a la pista de tierra roja de rodeno se suaviza bastante la pendiente. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">El grupo perseguidor se reagrupa. Vuelvo a sentirme arropado. Senda hacia abajo dificultad media, excavada en rodeno y bosque de pino y alcornoque. Toma Mur i Castell la iniciativa. Ebrí viene desde atrás como un potro desbocado. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Pronto nos da alcance y nos rebasa dejando tierra y roca de por medio. Pero aquí el menda va de sobrado y quiere exhibirse.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Me coloco detrás en marcaje estricto al hombre. En la senda de Castro a Matilde el terreno se atraganta de nuevo. Las rampas cortas asesinas vuelven a dejar sin aliento a mi perseguido.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">No me queda más remedio que ocupar su posición y seguir otra vez segundo absoluto de la prueba. La senda es caprichosa y rompe-piernas. No se puede tomar velocidad. Hay que meter reductora y tratar de no desembarrancar. No salirse del carril y renunciar a las vistas elevadas de Eslida al fondo de estribor.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Descenso peligroso sin agarre y curvo. Excesivamente corto. No da tiempo a los buitres para lanzarse por la carroña.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Fuente de Matilde y asfalto que mira hacia arriba. Se pisa firme pero con poco oxígeno. Duplas y pareja se desmarcan hacia delante. No quiero ni puedo perseguirlos. Me juego la anoxia<span> </span>y el tío del mazo no me tienta demasiado. No es mi guerra.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Me queda aguantar la subida más dura por la senda del Castillo. Psicológicamente es el hito que hay que superar para poder pensar que lo más dificil ya ha pasado.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Llevo a<span> </span>Ebrí comiéndome los talones. Las pendientes son otra vez de locura si se quiere seguir corriendo. Eses para no avanzar apenas. Es una tortura que hay que tragar con cuchara pequeña y paladear sin agua. Espesa, muy espesa la papilla para conducirte al umbral del tormento cruel del corredor de montaña.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Consigo distanciar<span> </span>a mi perseguidor aunque no estoy para muchas alegrías. Mi cerebro no entiende porque hay que trabajar con tan poco alimento .<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Arriba nos lanzamos hasta la pista de rodeno que nos lleva a la fuente de les escaletes. Ahora hacia abajo. Me temo que mi perseguidor pronto me dará caza en su terreno. Pero no. No hay tanta pendiente favorable para lanzarse, es más bien un llano a favor de corredores con mucha zancada. Ese soy yo. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Le mantengo la distancia e incremento la moral a base de robarle segundos al crono.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">La próxima senda va por el cauce de una torrentera con mucha piedra y cuesta arriba. Nueva reducción de velocidad y fuerza en el tren inferior para seguir corriendo. Un nuevo atleta de los que me gana siempre me adelanta. Estoy quinto ahora. Ebrí ni lo intenta. Va atrancado en sus marchas cortas. El nuevo descenso de pista se hace a tumba abierta. No tengo suficientes caballos para seguir al potro salvaje. Consigo recortarle en el próximo kilómetro. A punto estoy de darle alcance en un error suyo. Finalmente en la última cuesta me mantiene a raya. Ya en el descenso hacia la fuente de San José pone la tierra por medio definitiva para que mi vista ya no tenga tentaciones de cogerlo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">El terreno es de marrón rojizo rodeado de verde intenso, bajo un sol estridente. Rambla y ralentización técnica. Cuerdas que no son tan fieras como las pintaban en las historias previas. Penúltima fuente en sombra y senda que no te permite volar. Fosques por fin. Descenso de asfalto brutal de casi doscientos metros. En el retrovisor se me acerca el de Cuarenta y dos y pico- no de edad- sino de club.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Activo el KERS y el descenso para tomar el asfalto de la carretera de entrada al pueblo me catapulta hacia el arco de meta con mucho poder y en solitario.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">La emoción en forma de temblor y sudor<span> </span>me hizo chocarla como un alcohólico<span> </span>a Vicent Domenech. Una hora once minutos y veintinueve segundos. Hasta en el tiempo lo había acertado. Quinto absoluto y primer veterano.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Había ganado a dos atletas seniors<span> </span>del pódium del Bartolo, la última carrera de montaña.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif"">Conseguí la perfección. Cuidado con lo que deseas. Dónde está el límite…<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:14.0pt;line-height:115%;font-family: "Arial","sans-serif""><o:p> </o:p></span></p>Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-81343483861241952372011-08-15T11:41:00.002+02:002014-03-22T23:07:15.917+01:00PASEO POR LA CUMBRE DEL BARTOLO<!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:trackmoves/> <w:trackformatting/> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:donotpromoteqf/> <w:lidthemeother>ES</w:LidThemeOther> <w:lidthemeasian>X-NONE</w:LidThemeAsian> <w:lidthemecomplexscript>X-NONE</w:LidThemeComplexScript> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> 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{mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-priority:99; mso-style-qformat:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:11.0pt; font-family:"Calibri","sans-serif"; mso-ascii-font-family:Calibri; mso-ascii-theme-font:minor-latin; mso-fareast-font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-theme-font:minor-fareast; mso-hansi-font-family:Calibri; mso-hansi-theme-font:minor-latin; mso-bidi-font-family:"Times New Roman"; mso-bidi-theme-font:minor-bidi;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif"; color: red; background: none repeat scroll 0% 0% yellow;">Domingo 10 de julio de 2011.</span><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif"; color: red;"></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Las cinco de la madrugada de un sábado de verano, en plenas vacaciones. Parece una hora como mínimo atípica o intempestiva.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Si el día anterior por la mañana te has hecho como yo 70 km en bicicleta, subiendo dos puertos de montaña y por la tarde te has ido al cine y has cenado comida rápida con tu familia; parece algo complicado acostarse temprano y más difícil todavía - en el caso de conseguirlo- poder conciliar el sueño.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">El resultado; en la cama a las once de la noche y dormirme casi a la una y media.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">El despertador suena menos cruel de lo pensado. Todo está ya listo. Hasta las tostadas colocadas en la sartén para solamente tener que darle a la tecla de la vitrocerámica con las legañas.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Con José Alberto a las cinco cuarenta y cinco llego puntual a bordo del Pathfinder en frente del portal del Grao.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Ver la carretera al volante y ver los primeros rayos del sol vestido de naranja y de corto es poco habitual.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">La decisión más difícil es ponerme las tobilleras debajo de los calcetines. Además estreno el <i style="">Compresorsport</i> en los gemelos.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Gente que termina la marcha del sábado con cara de penosas circunstancias es bastante habitual en esos momentos. </span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Más en Benicasim donde la marcha aún no ha terminado.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Rodaeta y hasta calentamiento en cuesta y por montaña.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">No me encuentro nada fino. Antes bien algo pesado e incómodo con tanto material de protección en los pies. Las zapatas, Cascadia 5 de Brooks tampoco es que sean para acelerar como el Ferrari.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Vicente Borja de Amics del Clot y José Alberto, los demás durmiendo en sus casas.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Arco de salida poco concurrido. Lectura homenaje a Irene Edo por una muerte tan inesperada como legendaria.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Cohete al cielo que por poco se queda en el suelo.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Salida en llano y asfalto. Los dos galgos principales de la volta al Terme marcan el camino. Giro a derecha y ascenso por la ruta Jacobina que hice hace un par de semanas.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Pista hacia arriba de piedras y grupo compacto delante. Somos al menos diez unidades. Yo me mantengo bastante arriba, sobre todo cuando más sube el suelo. Cruce de la carretera de subida al desierto y senda a izquierda para llegar a la explanada del convento y los parapentes.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">La senda se alterna con pista siempre hacia arriba.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">En el horizonte y arriba en el cielo, las antenas del Bartolo. Qué lejos e inalcanzable me resulta. </span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Parece imposible que en más de media hora estemos pisando su cumbre. Hay que ser más que humano, más que mortal, más que de hierro para conseguirlo.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Consigo ponerme delante, aunque solamente sea por complacer al ego campeón que brota del pasado. Es testimonial, solamente unos minutos de exhibición. El ritmo y las rampas pueden acabar conmigo si sigo con ese plan de ataque. Asesino o suicida.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Doy el relevo. Somos seis en cabeza. Primera senda super técnica y vertical. Entro en sexto lugar detrás de un chaval de verde. Nos quedamos cortados.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Hasta aquí mi aventura con el grupo de cabeza. Los galgos tienen demasiada hambre.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Primer avituallamiento. Yo sé que no me debo cebar y corro con cabeza, aunque aun voy bastante sobrado.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Una señora con la muleta operada por mí me mira incrédula, no sé si me ha reconocido.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Agua e isotónica. Cojo al primer galgo descolgado y el de verde que me espera para que le bajen las pulsaciones.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">A partir de aquí nos aliamos en tándem y subimos senda y pista hasta las crestas del Bartolo.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Me concede el honor de entrar primero en la zona más técnica y lenta de la carrera.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">El ascenso de escalador me hace ganar distancia con mi perseguidor. Cuando el perfil se normaliza; aunque persisten las rocas y la montaña en estado puro y salvaje, me da alcance mi aliado de batalla.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">-Detrás no nos cogen ni de coña. Me dice. Nos hacemos amigos y firmamos un pacto tácito de no agresión. Son instantes sublimes. </span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">La niebla inunda la cumbre.<span style=""> </span>La irrealidad mezclada de sutil frescor en el ambiente da un clima de auténtico misterio<span style=""> </span>y aventura que en todo el año no he experimentado. Sobre todo porque el corazón va bastante tranquilo y poco desbocado.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Segundo avituallamiento, entre el personal médico se encuentra Jaime Serrano, el anestesista amputado.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Me saluda con la mirada. No hay tiempo para más.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Medio plátano, agua y más isotónica. Salgo de nuevo sin pedir permiso a mis contrincantes. Subida final de cemento hasta las antenas. Ya estamos ahí, en la cota más alta; cerca de los 800m del nivel del mar. El límite de la vista vertical plasmado en roca.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Cuantas veces he llegado ahí cascado de sol y con la digestión cerca del final. Más cerca de la hora suprema taurina que de la madrugada.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">El cielo encapotado. No hay calor, si mucho sudor. Regulación absoluta en el mapa del motor.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Descenso de pista prolongado. Primero asfalto, después tierra. Calzada ancha. Sin dificultad, donde los bajadores pueden hacer alarde de aceleraciones extremas sin freno.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Vaya exhibición de un runner que nos da alcance. Cuando nos muestra sus cuartos traseros de enjuto magro y poca fibra, sin darnos opción a seguirlo; le da al botón del Kers.
<br></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";"> Desapareció de nuestra vista y con ello se esfumó para siempre la quinta plaza.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Yo, con mi compañero verde de rostro joven y cuerpo ligero. Brazos endebles, zancada corta y fina. Rostro cansado y alma noble. En tándem le marco la trazada y el ritmo a menos de tres treinta por kilómetro.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Hasta por lo menos el kilómetro diecisiete, dos de pendiente endiabladamente favorable.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Queda el llaneo de asfalto del último avituallamiento sólido antes de acometer les Agulles de Santagueda.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Amparito la anestesista se sorprende en cuerpo y alma de verme tan delante en la carrera:</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";" lang="EN-US">-Vas molt be, Damián, no?</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";" lang="EN-US">-Sí, Amparo vaig molt be, massa be!</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Senda a la siniestra en solitario, hacia arriba. Las piernas ya han detectado el cambio de marcha. Termino reptando con la ayuda de las manos y corono la última cota de montaña.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">A partir de aquí. Sálvese quien pueda hacia el llano playero de meta.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">El descenso sin ser de una pendiente excesiva está minado de piedras y curvas excavadas entre irregularidades siempre diferentes e imposibles de sistematizar por el radar de a bordo.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Suerte de las tobilleras. Me salvan la estabilidad para poder seguir corriendo. No sé si es correr lo que estoy haciendo o simplemente sobrevivir. La oreja puesta en retaguardia. No parece oírse a nadie. Con más miedo que vergüenza acaba la zona donde puedo dar con más facilidad con mis huesos sobre las piedras.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Llano por fin. Entre huertos, campings, encrucijadas de asfalto. A punto estoy de equivocarme. Suerte de un señor que me reconduce con la voz por el camino correcto.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Nadie detrás, nadie delante. Llego por fin al Voramar. Famoso restaurante y casa de alojamiento junto a la playa donde tanto soñé con la novela de Manuel Vicent. Tantas veces lo he rondado. Zancadas y la vista del deseo.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Solamente resta paseo marítimo. Acera ancha y bañistas de improviso. Recta demasiado larga. Tres cuarenta marca el reloj GPS Garmin de mi muñeca derecha.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">De repente me siento atacado por un corredor de menor edad, menos galones y figura escuálida. No me queda más remedio que contraatacar para dejar bien claro que no me quiero dejar adelantar a pocos metros de meta. No me hubiera importado en otro tramo más difícil del circuito. Pero en mi terreno…</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">En meta ya está David Peral el anestesista. Me cabreo por no haber subido al pódium si la carrera hubiera sido organizada con las categorías habituales; veteranos para los <span style=""> </span>mayores de cuarenta años y no de cuarenta y cinco. Así José Alberto, siendo el 23 de la general es segundo veterano y yo sexto, me quedo sin premio,<span style=""> </span>cuando estoy<span style=""> </span>seguro que fui el primero de más de cuarenta.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Le muestro al otro Damián Oliver. El alucina.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size: 16pt; line-height: 115%; font-family: "Arial","sans-serif";">Lo demás, ducha con la ropa puesta de correr en el paseo, baño en el mar y espera larga. Siento un gran orgullo en mis entrañas. Quién me quita lo bailado.<span style=""> </span>Aun me queda cuerda para rato.</span></p> Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-66456220198305463492011-02-22T19:01:00.002+01:002011-02-22T19:36:24.794+01:00MOHAMED EL KE VOLADespués del entrenamiento del Domingo 20 de Febrero no puedo dejar de maravillarme y dar gracias al gran hacedor por darme tanto poder.<br />Deslizarme por el asfalto soleado del invierno mediterraneo en manga corta es un privilegio altamente adictivo. Tanto que no puedo evitar dejar constancia escrita para los anales por si alguna vez me hago viejo. Volver a releerlo y volver a sentir lo que nunca dejaré en el olvido de las sensaciones.<br />Está claro que el día salió perfecto. Esos quince grados al sol sin nubes ni viento es una delicia que hay que sentir sobre la carne inmortal del corredor.<br />No hay nada que se le parezca y que a los cuarenta y tres años pueda experimentar con tanto gozo y a la vez con tanta hambre.<br />Yo que he tragado kilómetros más que Forres Gun no puedo dejar de extrañarme de manera tan grata porque esto de correr me siga maravillando como si fuera la primera vez.<br />Pues sí, fue casi mi primera vez que con el automático puesto me acercara a los cuatro minutos por kilómetros. Como el que tiene deseo de más y más durante dos horas y cuarto de carrera para devorar 30km.<br />Como el chaval que se pide un bocadillo para volver a comer en un par de horas.<br />Como el enamorado que mira y desea a la hembra joven libidinosa sin poder dejar de contenerte, como el montañero que acaricia la cumbre con la mirada, como el preso que se acerca al mar despues de diez años... así deseaba seguir. A ritmo constante el siguiente kilómetro y el siguiente...<br />Exhibiéndome en soledad, en silencio. Por los caminos rurales asfaltados, desafiando la pendiente ora contraria ora favorable.<br />Sin flaquear, sin pinchar, sin bajar, sin desentonar. Todo elegancia, moviendose la silueta de sombra vertical a ritmo constante, danzarin; acompasado por los brazos de forma rítmica, constante, eterna. Sin más pensamiento que el seguir, deborar, engullir el oxígeno para inflar el ego de nada que se pueda comprar, nada que se pueda palpar, ni vender...<br />Hinchar los pulmones de vida para dar vida al cerebro que no tiene dolor, solo placer y placer. Dónde está el dolor del corredor de fondo. Dónde su agonía, donde su sufrir.<br />Al final no puedes sentirte vulgar, miras a la gente y la ves como seres débiles, finitos, con problemas; mientras tu te sientes eterno, en gracia plena. Perdóname Señor.<br />Claro que esto no lo puedo decir, ni contar ni compartir, por eso tengo que escribirlo para siempre.<br />Y al terminar saludas al vecino que viene -con su placidez cargada de kilos de bondad- de pasear al perro y simplemente le comentas:<br />-Ya tenemos bastante para hoy. Mientras piensas; jamás olvidaré un poder semejante.<br />Y te vistes de flaco y te vuelves vulgar al bajar del escenerario.Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-8210848977125535852011-02-12T22:10:00.003+01:002011-02-12T23:03:33.138+01:00CON LA CABALLERIA EN LOS TALONESVolví a Sant Blai. Fue el pasado Domingo 6 de Febrero. Después de varios años ausente del Plà.<div>Poner mi figura a tiro de corredores más jóvenes o más rápidos es un ejercicio que no todo el mundo está dispuesto a practicar, sobre todo si lo has ganado todo y en demasiadas ocasiones en dicha plaza.</div><div>Una locura con cuarenta y tres años querer volver a ganar una carrera de asfalto abierta a todos los públicos, de 18 a 100 años, sobre todo si la distancia es solamente un pelin superior a los 1300 metros.</div><div>Sabiendo que varios jóvenes tri-atletas me la van a disputar, siendo que uno de ellos la ganó el año pasado.</div><div>Demasiado sufrimiento y nervios en el calentamiento. Muy garrote de patas y un flan en las tripas.</div><div>Calentamiento huyendo del centro. Disfrute cero.</div><div>Me encuentro con David Monfort, el segundo clasificado del año pasado y el único del club que me lo quiere poner difícil. Su aspecto no es de finura. Ya le tengo comido el coco. Unas aceleraciones por la calle carrera sin coches me hacen sentir más fuerte, también esta Franch y el triatleta ganador del año pasado. Sus cuerpos son de cuidado infinito.</div><div>Mucha chusma mal vestida en la salida. son los jovencitos amateurs que hacen que se salga como locos.</div><div>Así es. Demasiado atrás. Trato de pegarme al triatleta camino de la Tanda, curva peligrosa a izquierda. El GPS marca 2.55. El ritmo es picantito, David tira en el trío de favoritos pero el motor no da para más. Hay un escapado de camisa roja futbolera y pantalón de chándal, es de raza Mohamed y muy joven, muy por debajo de los diecinueve. En la última vuelta pequeña por el Plà me lanzo como verdadera bestia a por el, enfilo el Barranquet en segundo lugar, dejando atrás a los demás perseguidores, mientras el magrebí cabecea hacia mí antes de tomar San Agustín a la izquierda. Piensa que le puedo dar alcance. Delante, abre camino la moto de la policía con la sirena y vistosas señales azules intermitentes. </div><div>Mis fuerzas flaquean, aun me quedará la tremenda recta final de la Calle Mayor. Mi mente es más fuerte pero al final se impone la decadencia física.</div><div>Ahí se me va, y no solo eso, tengo el cambio atascado, no me entra la sexta. La caballería me recorta terreno, me los oigo en los talones. Aunque muera en el intento voy a conservar mi segundo puesto. Así lo hice con la complicidad de los gritos de mi madre. Por poco se le para el corazón. Mis hijos aprendieron otra lección de lucha y pundonor, de su padre.</div><div><br /></div>Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-41033460386220307332011-01-22T20:47:00.002+01:002011-01-22T20:58:52.317+01:00CUARENTA Y PODIUMHe cumplido un nuevo año de existencia. Ya son cuarenta y podium.<br />A los curenta hay que sumarle los tres puestos del cajón en el que me hallo últimamente.<br />Quién dijo que este año iba a ser sabático. Lo retiro, por favor, si alguna vez salio de mi boca tamaña afirmación.<br />Después de confirmar en Sagunto lo que eran meras sensaciones, ahora ya estoy en disposición de afirmar que voy a seguir triunfando en esto de las carreras. Ya no solamente de las carreras, incluso de los entrenamientos. Ya no voy solo a dos patas, ahora llevo un motor en el pecho que me hace deslizar con más facilidad, un poquito más veloz y mucho menos cansado. El motor se llama corazón y tiene conexión directa con un organo un tanto extraño llamado cerebro.<br />Tanto que la mente sueña con la eternidad del instante. El presente sobre el asfalto, bajo el sol es espléndido. Y no me he tomado nada, bueno un poco de café y entre semana una dosis de gimnseng diario que me ayuda a superar las pequeñas dificultades del camino.<br />No sé cuanta gasolina le queda a este motor, pero mientras siga aquí seguiré rejuveneciendo con cada día que pase, cada año que cumpla.<br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br />alDamolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-41450609467975024982011-01-13T19:52:00.002+01:002011-01-13T20:05:49.831+01:00Preparado para volver sobre el asfalto en carreraCon el nuevo año ya me hierve la sangre para volver a volar sobre el asfalto de la ciudad milenaria de Sagunto. El proximo domingo 16 voy a volver a batirme con mi sombra.<br />Las sensaciones en los cambios de ritmo de entrenamiento ya me han empezado a gustar.<br />Recuerdo el martes a las cuatro de la tarde contra el sol mediterraneo del paseo marítimo de Benicasim. Sobre la pulida superficie verde del carril bici. Reflejada mi sombra, perfectamente coordinada por el movimiento de brazos, me deleité mirando. Me deleité sintiendo, a ciento setenta pulsaciones la vida se nota de otra forma.<br />Nunca olvidaré esa recta, esa soltura, ese poder, esa relajación, ese volver...<br />Entre los troncos mágicos de los pinos volví a sentir la magia de antaño cuando un día conocí el paraje y enloquecí de libertad.<br />Hoy más allá de las tres he vuelto a convercer a mi ego de que para esto fui creado, para seguir corriendo. No sabré nunca hacia donde, pero mientras Dios me lo permita seguiré disfrutando del camino.<br />A pesar de mi debilidad intestinal vírica de hoy, he sido más fuerte y he vuelto a vencer.Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-38386754999719516072010-12-27T19:53:00.002+01:002010-12-27T20:17:44.650+01:00MI NUEVO MOMENTO MENTALDebo aspirar al control de mi mente. Estoy concienciado para ello. <span style="font-style: italic;">El monje que vendió su ferrari</span> es la novela que me ha puesto en el deber y el placer de crecer.<br />Borrar todas las turbulencias negativas que invaden mi cerebro tiene que ser una practica en la que debo afianzarme.<br />Poco a poco, dedicando un poquito de tiempo al tema cada día como la hormiguita, sin prisa. Sin presión.<br />El silencio y la paz del corazón de la rosa que en mi caso será la llama de la vela. Las visualizaciones. El poder del pensamiento contrario al negativo.<br />Me voy a poner objetivos en un cuaderno de los sueños. Objetivos a nivel personal, profesional y espiritual. Plasmarlos por escrito, publicarlos en algun foro o comentarlos a alguien como Isa para responsabilizarme sobre su cumplimiento, ponerme un plazo corto par los objetivos menores y más largo para los mayores.<br />Ver como voy avanzando poco a poco. Ver si voy creciendo en vitalidad, felicidad, jovialidad y en ganas de seguir caminando o simplemente es una nueva obligación que se convierte en carga cotidiana que acabo por abandonar como otros tantos propósitos de principio de año pagano para la gente del capital.<br />De momento solamente una experiencia- casi siempre negativa- como es un lunes después de Navidad y consulta, con mi visualización positiva me ha ido muy bien, a pesar de estar yo solo en el pasillo mientras mis compañeros, todos de vacaciones ignoraban incluso que yo estaba allí, en las galeras remando para llevar adelante la nave hospitalaria de la traumatología y cirugía ortopédica del cupo muchas veces tedioso hasta la extenuación.Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7081644171512938799.post-49935988643807944772010-08-29T21:15:00.002+02:002013-06-18T15:03:21.450+02:00TAUROMACO, TORISTA O ANTITAURINO.Desde mi última entrada ha transcurrido casi todo un largo verano de mucho pensar. No me quito de la cabeza el asunto taurino.<br>Taurinos y antitaurinos dividen a España y Cataluña. Tantas razones tienen unos como los otros en sus posturas irreconciliables. Pero yo no llego a definirme y ha llegado el momento. Ha llegado la hora de manifestarme como vividor, espectador y pensador crítico de la Fiesta Nacional.<br>Por qué fiesta y nacional. Fiesta para los que aplauden o los que van a los pueblos vestidos de blusa y pertenecientes a collas o peñas más amigas del cubata y el desmadre que dels bous al carrer.<br>Pero sin gustar a casi nadie de los jóvenes segun sus propias declaraciones o asistencia escasa a ruedos de pago, ahí están todos en sus fortines enrejados a los que llamana cadafales. Ninguna fiesta o acontecimiento artístico o deportivo, ningún mitin o comparecencia pública congrega a tanta masa de gente. Serán borregos la mayoría pero ahí está. Por eso fiesta.<br>Nacional... de qué nación. De Cataluña, no... por sus políticos, el pueblo ni le va ni le viene lo que se ha votado en su parlament. No más corridas de toros en su territorio a partir de Enero de 2012.<br>Y yo aquí que voto. soy taurino o antitaurino.<br>Digamos, de momento estudioso de la tauromaquia. Su mundo, sus costumbres ancestrales, sus liturgias, en fin... su religión.<br>Desde pequeño, siempre he estado metido por azar en medio de la fiesta dels bous al carrer. Ni me gustaba ni me desagradaba. Ahí estaba. Ni me emocionaba ver al astado como animal que resulta practicamente exclusivo, por lo que he leido, ni disfrutaba con la gente que le perseguía y le atosigaba.<br>No iba a buscar la fiesta fuera de las que me caía por habitante y año.<br>No iba a las plazas, no veía las corridas en la tele, más que las la suerte ponía delante de mis ojos en casa o fuera de ella. No seguía a los toreros ni les llamaba maestros ni diestros, aunque siempre me chocó el orgullo de sentire <span style="font-style: italic;">matadores</span>.<br>Con el paso de los años, la ayuda de algún programa radiofónico, gracias a la radio como mestra en formación continuada de la vida y al periodista Manolo Molés, entre otros, me contagiaron algo de ese entusiasmo y esa magia taurina que siempre ha estado como verdadero fetiche en mi subconsciente.<br>Cada vez me doy más cuenta que la tauromaquia que entró en mi como cierta curiosidad extrañan ha ido creciendo en forma de gusano que me ha ido corrollendo todas mis entrañas, todo mi ser.<br>Que entiendo a los antitaurinos, como hombre sensible ante el sufrimiento animal, pero la magia del teatro y la liturgia me tira hacia el torero como figura del deporte y de la épica que ya no existe en este mundo donde la fama es tan efímera y a la vez tan acomodada, tan de sacrificio a oscuras y de disfrute colectivo en momentos de gloria. La gloria del torero se forja en largos ratos de silencio y grndes ovaciones que puedenllevarte en volandas hacia el triunfo, el hospital o la muerte. Qué grandeza y a la vez que demostración de poco conocimiento para el ser humano. Ese que lo tiene todo, enfrentándose para aplauso de otros a una bestia que no tiene más que su vida a punto de finiquitar.<br>Es tan loable como absurdo, tan magnánimo como descabellado. Pero ahí está.<br>Momentos como los del 11 de marzo que describí en mi último blog no son fáciles de sentir en otro espectáculo.<br>Seré taurino o tauromaco, pero esto del toro es algo que no puedo acbar de definir.<br>Hasta con el paso de los tiempos empiezo a sentir fascinación por el animal, casi tanto o más que por el torero, bueno... según que torero.<br>De momento seguiré estudiando tauromaquia.Damolhttp://www.blogger.com/profile/12711859757379883946noreply@blogger.com0