domingo, 14 de diciembre de 2008
PARIS, BIEN VALE UNA CAMINATA?
Recientemente, en el fin de semana de la Inmaculada, coincidiendo con el lunes festivo aprovechamos un regalo de la empresa Ceraver y nos fuimos Isa y yo de luna de miel a París.
Dicen que es la ciudad de la luz, aunque en los frios y cortos días de Diciembre yo diría que más penumbra que otra cosa, si exceptuamos la avenida de Los Campos Eliseos.
Demasiado París para tan pocos días. Pateando sin parar, hasta 15 kilómetros diarios, marcados por el GPS, es demasiado tomate para la tarta.
París es explendída, pero no es para verlo todo de pasada y sin rechistar estar en el siguiente edificio, pateando hasta la próxima escultura, la siguiente maravilla. Tantos siglos de historia convulsa, no hay tiempo ni para estudiarla. Y eso que yo lo intenté. Por la noche en el hotel y con la ayuda de internet, que tambien tuve que pagar traté de situarme en una historia demasiado compleja para entender en un fin de semana.
Es verdad que por lo menos me sirvió para eliminar los tópicos de ciudad romántica de novela y famoseo.
No encontré a nadie. No fui de copas, ni conocí la Paris la Noite. Solamente pateé con medio rumbo en un mapa y siguiendo una guía interminable.
Esó sí, los polvos fueron de cinco estrellas. Ya comprendo el porqué de los lodos que se quedaron en casa, con mi madre y la tía Loli.
En fí que a partir de ahora cuando harís, hablen de París ya sabré algo más que situarlo en el mapa y cuando vuelva, si Dios quiere ya sabré donde no hay que emplear tiempo y qué es lo que realmente habrá que ver y sentir.
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