Un día muy importante para un padre es contemplar como uno de tus hijos se coloca en la senda que tu has seguido desde muy joven.
Un día en el que el comienzo del camino parece verse de repente con suma claridad.
En una carrera infantil de verano como es la Volta al Clot.
Coger de la mano a tu hijo de cinco años para guiarlo hacia el recorrido de la prueba, antes de dar comienzo la competición, es un gustazo que solamente se puede sentir si eres Padre.
Yo se que esa tarde calurosa de agosto, diecinueve para mas señas del corriente año de 2012, quedará en mi memoria como un rito iniciativo hacia el atletismo de mi hijo Quique.
Lo que sucedió en la carrera fue bueno, muy bueno.Con final feliz. Sin trofeo pero con gran esperanza. Las formas fueron de gran corredor, de buen estratega, de mejor finalizador.
Esa zancada final sobre el asfalto de un cuerpecito tan pequeño como esforzado me iluminó para pensar que van a ser muchas más las tardes de gloria.
Solamente es un gran presagio... pero de un gran ojeador.
Al tiempo...
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