martes, 28 de julio de 2009
CONTRARELOJ DEL CLOT. COMO EL VERANO
A tope. Sin descanso. Imagen más que realidad. Efímero. Todo sin valorar. Sin conocer. De prisa. Demasiado entrenado. Poco saboreado. Agonistico. Principio de tormento y final de locura.
Nadie lo sabe. Todos lo suponen pero que poco se lo imaginan.
Mañanas de soledad, acaloramiento y galope desbocado. En silencio, sudando, rompiendo la armonia, el silencio, la paz.
En el fondo soy un ser aeróbico y la anaerobiosis es un accidente brutal continuado y repetido.
domingo, 26 de julio de 2009
EN ESPECIAL ESTADO DE GRACIA FISICA.
Nunca me lo hubiera imaginado. A mis cuarenta y pico. Lo que estoy consiguiendo en mi carrera atlética y las sensaciones de autentico ciclista de ruta.
Actualmente en verano que estamos inmersos en plena calícula para otros infernal. Solamente tengo ganas de madrugar para comenzar el nuevo día corriendo. Disfrutando de unas endorfinas que me tienen de nuevo enganchado. Vaya disfrute. Vaya gozada. Para colmo voy a las carreras y aun estoy con los mejores.
Sobre la bici de carretera experimento tambien el poder del privilegiado dando pedales cuesta arriba y hasta en llano disfruto del rodar y de la postura agachado sobre el manillar.
Muchas alegrías que me gustaría recordar para siempre. Por eso las escribo en un periodo muy dificil de mi vida, donde hacer deporte es la valvula de escape, aunque me toque ir contracorriente y sacando tiempo de donde no hay, excepto ahora que estoy de vacaciones. Espero tener epocas con más facilidades, si bien entonces quizás no atraviese tal periodo de gracia. Dios quiera que esto me dure por lo menos hasta los cincuenta. Después quizas deje de ver el deporte como lo sigo viendo, difícil será.
Actualmente en verano que estamos inmersos en plena calícula para otros infernal. Solamente tengo ganas de madrugar para comenzar el nuevo día corriendo. Disfrutando de unas endorfinas que me tienen de nuevo enganchado. Vaya disfrute. Vaya gozada. Para colmo voy a las carreras y aun estoy con los mejores.
Sobre la bici de carretera experimento tambien el poder del privilegiado dando pedales cuesta arriba y hasta en llano disfruto del rodar y de la postura agachado sobre el manillar.
Muchas alegrías que me gustaría recordar para siempre. Por eso las escribo en un periodo muy dificil de mi vida, donde hacer deporte es la valvula de escape, aunque me toque ir contracorriente y sacando tiempo de donde no hay, excepto ahora que estoy de vacaciones. Espero tener epocas con más facilidades, si bien entonces quizás no atraviese tal periodo de gracia. Dios quiera que esto me dure por lo menos hasta los cincuenta. Después quizas deje de ver el deporte como lo sigo viendo, difícil será.
viernes, 24 de julio de 2009
DESDE LA TERRAZA VEO LA VIDA PASAR
Tecleo desde la mesa de la terraza de verano que da a la avenida de Illes Columbretes de la playa de Nules. No veo el mar pero se siente. Se oye si hay silencio. Son las doce menos cuarto de la noche. Los tertulianos del terreno ya han abandonado el banco de la calle. De fondo se oyen los grillos y cantos de la terraza del Stany. El lloro de un niño. La calor se disipa en forma de brisa marina muy tenue. La calima se nota en el personal. Hay cierto grado de inmsonio en la peña.
El silencio de la noche se llega a desear. ¿Cuando vendrá?
Nadie a la vista. Todo el mundo agazapado en sus refugios de primera fila y en las colmenas de segunda. Algun niño sin dueño corretea por la acera del paseo. Como almas en pena, sin hora ni sueño.
Hoy es viernes de final de Julio. Mañana poco trabajo. Yo no me voy a levantar temprano para entrenar. La contrareloj del clot es por la tarde. Tengo que ir a organizar y a correr. A ver si soy capaz de bajar de los diez minutos. Las sensaciones son muy buenas. Ya he marcado diez minutos y dieciseis segundos en entrenamiento. Ni los cuarenta me van a frenar.
La vida transcurre demasiado rápido para meditarla, demasiado para asumirla. Le respondo corriendo. Siempre con prisa. Sin reflexión. Sin relax. Si no fuera por momentos como estos que renuncias a la caja tonta y tecleas al otro amo del mundo...
Que será sin la tecla. Cuando años atras me resistía a abandonar la escritura deslizante del bolígrafo o la fascinante de la pluma sobre el cuaderno cuadriculado. Como cambian los tiempos. Como nos hace cambiar sin querer.
El silencio de la noche se llega a desear. ¿Cuando vendrá?
Nadie a la vista. Todo el mundo agazapado en sus refugios de primera fila y en las colmenas de segunda. Algun niño sin dueño corretea por la acera del paseo. Como almas en pena, sin hora ni sueño.
Hoy es viernes de final de Julio. Mañana poco trabajo. Yo no me voy a levantar temprano para entrenar. La contrareloj del clot es por la tarde. Tengo que ir a organizar y a correr. A ver si soy capaz de bajar de los diez minutos. Las sensaciones son muy buenas. Ya he marcado diez minutos y dieciseis segundos en entrenamiento. Ni los cuarenta me van a frenar.
La vida transcurre demasiado rápido para meditarla, demasiado para asumirla. Le respondo corriendo. Siempre con prisa. Sin reflexión. Sin relax. Si no fuera por momentos como estos que renuncias a la caja tonta y tecleas al otro amo del mundo...
Que será sin la tecla. Cuando años atras me resistía a abandonar la escritura deslizante del bolígrafo o la fascinante de la pluma sobre el cuaderno cuadriculado. Como cambian los tiempos. Como nos hace cambiar sin querer.
jueves, 23 de julio de 2009
VERANO DESPUES DE LA MIM Y LA MPUTACION.
La vida no deja de sorprendernos. Aquí escribo sentado en la cama de un apartamento de la playa de Nules con un nuevo PC portatil e-machines bajo los efectos del aire acondicionado.
En el exterior arde en llamas el monte y el aire calienta de poniente infernal.
Después del éxito de la carrera tan deseada como acabada. La MIM de Castellón Peñagolosa y 65 km. Después de superar mis tres semanas de casi inactividad por el dolor de mi cadera derecha, superada la tendinitis del psoas. Después de la amputación supracondílea de la extremidad inferior izquierda de mi suegra Maruja, nos hemos apartado del verano habitual para venirnos alquilados por mil euros al mes en la misma acera que mi madre.
Qué cosas tiene la vida tan cambiantes y brutales.
Mi pobre suegra. Sin factor de riesgo alguno. Ahí se ha quedado en una silla de ruedas y con solo una pierna. soprtando con resignación sus dolores colaterales, su mal humor, su impotencia, su rabia, su incomprensión, su discapacidad.
Y mientras los que vivimos con ella viviendo a ratos con gran satisfacción de poder correr, nadar, ir en bicicleta. Disfrutar del automóvil nuevo todoterreno. En fin disfrutar de la felicidad de ser joven, a pesar de lo que dicen de los cuarenta. A pesar de tener que soportar la furia del más pequeño enamorado de su padre, el gran Quique Oliver Granell.
Verano diferente pero féliz. Isa puede hacer un poco más de deporte, puede nadar en el mar y hasta la siesta.
Disfrutamos del café en cápsulas Nespreso. De tantos pequeños momentos. Hasta de la lectura de autentica aventura con Julio Verne y su Isla Misteriosa. Mientras el Damy junior fogueandose en la calle como su padre, con Raul y sus primas, ganando partidas de parchis.
La gran novedad, las dos hamacas y la terraza con vistas a la avenida sin mar.
Un primer piso enfrente de un piso de más de dos alturas, a segunda fila de playa.
El mar no obstante, se oye a cien metros como se bate en olas de furor.
Respecto al correr, he vuelto a encontrar el deleite en los tres minutos y medio de ritmo de competición. Debuté en Jérica con podium de veteanos y ahora me esperan unos bolos de verano, comenzando por la contrareloj del Clot de este sábado.
Muy buenas sensaciones. Entrenamiento matutino, aunque me cueste algún madrugón. La rutina del camping el paseo en coche, el pan, la napolitana de chocolate sentado en la gradería frente al mar de la Serratella. En fín, tan gratos momentos sobre la hierba sin dolor. Rodando como en los viejos tiempos. Y que dure.
Mientras el verano y la calor no ha echo más que empezar.
En el exterior arde en llamas el monte y el aire calienta de poniente infernal.
Después del éxito de la carrera tan deseada como acabada. La MIM de Castellón Peñagolosa y 65 km. Después de superar mis tres semanas de casi inactividad por el dolor de mi cadera derecha, superada la tendinitis del psoas. Después de la amputación supracondílea de la extremidad inferior izquierda de mi suegra Maruja, nos hemos apartado del verano habitual para venirnos alquilados por mil euros al mes en la misma acera que mi madre.
Qué cosas tiene la vida tan cambiantes y brutales.
Mi pobre suegra. Sin factor de riesgo alguno. Ahí se ha quedado en una silla de ruedas y con solo una pierna. soprtando con resignación sus dolores colaterales, su mal humor, su impotencia, su rabia, su incomprensión, su discapacidad.
Y mientras los que vivimos con ella viviendo a ratos con gran satisfacción de poder correr, nadar, ir en bicicleta. Disfrutar del automóvil nuevo todoterreno. En fin disfrutar de la felicidad de ser joven, a pesar de lo que dicen de los cuarenta. A pesar de tener que soportar la furia del más pequeño enamorado de su padre, el gran Quique Oliver Granell.
Verano diferente pero féliz. Isa puede hacer un poco más de deporte, puede nadar en el mar y hasta la siesta.
Disfrutamos del café en cápsulas Nespreso. De tantos pequeños momentos. Hasta de la lectura de autentica aventura con Julio Verne y su Isla Misteriosa. Mientras el Damy junior fogueandose en la calle como su padre, con Raul y sus primas, ganando partidas de parchis.
La gran novedad, las dos hamacas y la terraza con vistas a la avenida sin mar.
Un primer piso enfrente de un piso de más de dos alturas, a segunda fila de playa.
El mar no obstante, se oye a cien metros como se bate en olas de furor.
Respecto al correr, he vuelto a encontrar el deleite en los tres minutos y medio de ritmo de competición. Debuté en Jérica con podium de veteanos y ahora me esperan unos bolos de verano, comenzando por la contrareloj del Clot de este sábado.
Muy buenas sensaciones. Entrenamiento matutino, aunque me cueste algún madrugón. La rutina del camping el paseo en coche, el pan, la napolitana de chocolate sentado en la gradería frente al mar de la Serratella. En fín, tan gratos momentos sobre la hierba sin dolor. Rodando como en los viejos tiempos. Y que dure.
Mientras el verano y la calor no ha echo más que empezar.
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