Nada emborrona más las ideas que la lluvia. Todo cambia cuando cae. Nadie es indiferente a ella.
Unos se alegran, otros se entristecen, otros disfrutan, otros maldicen, mientras el niño tiene un motivo para mojar los zapatos en el charco.
Siempre cambia los planes de un deportista presto a escapar del mundo y su rutina
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