Los hay a montones sobre la faz de la tierra. Son humanos. Con apariencia de normalidad y afabilidad. Esconden un terrible mal detrás de sus amables palabras y rostros complacientes. Son chupadores de energía. Enfermos energéticos con dolores sin patrón en los libros de medicina clásicos; responden al tipo de enfermo de la sociedad moderna. Siempre quejándose al médico de sus múltiples dolores incomprendidos que los inutilizan para la vida de relación y laboral. Descargan sus dolencias sobre el inocente médico que les escucha. Ese médico está perdido. Su energía sanadora pasará al enfermo a cambio de un déficit energético que le pasará factura de forma irremediable y lo dejará tocado a nivel emocional por un tiempo.
En la consulta médica sereconocen de inmediato. Mujer de mediana edad, rostro de poker con mirada patética, verborrea sintomátológica, negatividad en la expresión, querulencia en la súplica.
Historias largas de pruebas y procesiones por distintos médicos y especialistas, mal tratadosla mayoriá de las veces, ignorados otras tantas. Si les haces caso ya sabes lo que te toca. Está tocado.
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